¿Sonreiría? Parte 1.

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¿Y si viviera? capitulo único.

Se despierta cada mañana.

Se levanta de su cama pero... ¿tiene sentido?

Ellos le dicen que lo hay, hay una razón,

un propósito suficiente a diario para estar de pie.

Escuchaba de sus labios desganados aquellas palabras, estaba de pie frente a la clase, haciéndole a entender a todo el grupo que no tenía ni la más mínima gana de estar ahí. Sin embargo debía leer su poema sobre lo que es la vida.

Ella ya no sabe qué hacer, No sabe que creer,

no sabe que entender.

Todo el mundo la señala, todo el mundo la mira cuando pasa.

Critican su inhabilidad de vivir, porque su definición de vivir,

es diferente a la de ellos Y ellos no lo pueden aceptar .

Yo lentamente borre la lágrima que aparecía en mi mejilla, y borre otras cuantas que apenas estaban por aparecer en mis ojos.

Se pregunta cada día, ¿Y si viviera?

¿Qué pasaría si ella viviera como los demás le dicen que debe vivir?

¿Sonreiría?

¿Amaría?

¿Sería feliz?

¿Y si viviera, encajaría?

Sentí un dolor profundo en el pecho, podía escuchar su voz descompuesta, y el silencio desgarrador en el salón de clases. Me daba coraje que esto estuviera pasando porque podía ver que unos cuantos escuchaban atentamente su poema sólo por morbo.

Definitivamente, si ella viviera, su alma se extinguiría como la de todos.

Sabe que eso no es vivir. Vivir, no es esclavizarse, no es esta triste existencia a la que estamos condenados.

Y entiende que morir es nuestra promesa.

Finalizó, Todos aplaudieron, y el profesor lo felicitaba. Yo aplaudí también, le sonreí cuando se dirigía a su asiento, lo vi sentarse suspirando y azotando su cuaderno.

-Fue patético.- Dijo en voz baja, mirándome de reojo para que el profesor no notara que estábamos hablando.

-A mi me gusto mucho.- Susurre, tocando su hombro.- de verdad.

Enfoco su vista en el cuaderno y yo me concentre en el tonto poema de amor que leía una chica al frente.

La clase pronto terminó, y con Frank nos dirigimos a la salida del salón para ir a caminar.

-Tú no leíste un poema.- Me dijo, yo solté una risa pequeña y lo mire.

-Le dije al profesor que no pude hacerlo porque tuve un problema familiar, excusas tontas. Porque si lo hice.

-¿Y?

-No quería leerlo.

-¿Por qué?

-Aún no tiene sentido, pero lo tendrá.- Sonreí ligeramente. Y es que ese poema trataba de él y yo.

No dijimos nada más, nos sentamos en el pasto en el lugar más solitario de toda la escuela, y nos miramos por un rato.

Me recorría un escalofrió por la piel cuando veía sus ojos, sentía inmensas ganas de llorar, de tirarme al suelo y arrástrame por el enorme dolor que se reflejaba en ellos.

¿Y si viviera? FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora