Capítulo 2: Louis

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Son las diez de la noche cuando el alfa sale de la regadera con una toalla atada a su cintura. Su cuerpo ha dejado de oler a lavanda y ahora ha adquirido su distintivo aroma a whiskey. Fuerte y amargo.

Revisa su celular y se da cuenta que tiene varios mensajes de la omega a la que fue a visitar. Ella dice que lo disfrutó y quiere volver a repetirlo. Bla bla bla. Louis responde por cortesía, tal vez podrían quedar un día de estos.

Se viste, toma una de las camisetas negras que le fascinan y unos pantalones sueltos de color gris.

Estira su cuello y se recuesta en la cama, trata de disipar sus pensamientos. Pero es inevitable el hecho de que gira su cabeza y mira fijamente la puerta, queriendo que un omega rizado y pequeño cruce la habitación y llegue hasta él.

Se quedó observando, como si quisiera tener el super poder de ver a través de los objetos y poder disfrutar una vez más del rostro bonito y delicado de Harry.

Y Louis no puede hacer nada para calmar ese deseo interno de querer tener al omega solo para él.

Recuerda la primera vez que lo vio, tan pequeño, tierno y maravillosamente tímido. Con aquel sonrojo en sus mejillas y sus ojos verdes completamente abiertos.

Louis se hizo mejor amigo de Sam después de que se conocieran en la cafetería de la universidad, el alfa de cabello corto y rizado resultó ser bastante amigable. Sam y él se llevaron genial desde el primer día que hablaron.

Y pocos días después, el otro alfa lo invitó a su casa cuando ambos se habían quedado tan inmersos en su charla, que no notaron cuando llegaron a la casa de Sam, el alfa ojiverde lo invitó a pasar.

Se llevó una sorpresa cuando supo que tenía un hermano menor. Sam lo había nombrado alguna vez. Su nombre era Harry, y Louis creía que era un alfa igual que él.

Pero su sorpresa creció cuando se dio cuenta que estaba frente a un omega que olía maravilloso, a frutos rojos. Él quiso impregnarse por completo de su aroma, pero sabía que eso era inapropiado y tuvo que apretar los puños, buscando tranquilizar a su lobo.

Louis recuerda cómo sintió a su alfa aullar y removerse en su interior, queriendo salir y tomar ese pequeño cuerpo entre sus brazos.

No admitiría que se sintió fascinado por aquel omega desde el primer día que se conocieron. Especialmente porque Harry era menor que él, tal vez no era una gran diferencia, pero, de todos modos, creía que Harry aún era muy pequeño como para liarse con un alfa mayor. Así que trató de tomar su distancia, aún cuando su alfa martillaba en su pecho, rogándole por tocarlo alguna vez.

Siguió viéndolo, varias veces a la semana, cuando visitaba a Sam para tomar algunas cervezas o simplemente porque se hicieron amigos rápidamente. No quería incomodar a Harry, así que apartaba su mirada cuando el omega pasaba frente a ellos y lo trataba con tanta formalidad, que parecía impropio de él.

El tiempo pasó tan rápido que apenas pareció notarlo. Harry crecía cada día más, su cuerpo cambiaba, sus intereses cambiaban, todo de él cambiaba.

Cuando el omega cumplió dieciséis, deseó poder tomarlo entre sus brazos y llevárselo lejos para festejarle como se merecía. Louis deseaba mucho enterrar la nariz en su cuello, pasar las manos por sus rizos rebeldes y marcarlo con su aroma. Louis deseaba mucho tener a Harry solo para él.

Sabía que eso no era posible. Él ni siquiera gustaba del alfa. Louis lo sabía, porque Harry parecía querer huir siempre que intentaba entablar una conversación con él. Y el castaño se preguntaba todas las noches por qué Harry odiaba estar cerca suyo.

Taste Like StrawberriesWhere stories live. Discover now