| DÍA DIESCINUEVE Y VEINTE |

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Jueves 25 de Marzo

El aire se sentía húmedo, clara señal de que llovería pronto; Xichen guardó un traje de agua y un paraguas para WangJi por precaución antes de salir de casa. Su tío les recordó llegar temprano por la junta de los Lan por la tarde y ellos prometieron volver temprano. Aún no podía decirle sobre la pijamada del sábado. La guardería estaba tal cual como la dejó el día anterior y aprovechó para ordenar los últimos detalles, como pasarle un paño a las mesas o acomodar los pequeños sofás junto a la ventana que llegaron ayer por la tarde.

—Wei Ying. —dijo Lan Zhan, anunciando con emoción la llegada del infante de ojos grises.

—¡Lan Zhan~! ¡Mira llegué temprano! —exclamó el pequeño Loto, entrando con entusiasmo seguido del loto mayor.

—Buenos días. —saludó Jiang Cheng, con una pequeña sonrisa ladeada en los labios.

Xichen se acercó a él y acarició su mejilla con cariño. —Llegaron temprano hoy.

—Sí. A-Xian no nos dejó seguir durmiendo.

Wei Ying miró a su hermano mayor e infló las mejillas. Respondió: —Eso es porque si duermen mucho Lan Zhan se pondrá triste, ¿Verdad, Lan Zhan?

—Mn. —afirmó el pequeño.

Ambos jóvenes soltaron una pequeña carcajada y caminaron hasta el escritorio de Xichen para conversar.

—¿Estás bien? Luces algo pálido. —mencionó de pronto el Lan.

—Oh. No es nada, solo tuve un mal sueño anoche. —respondió Jiang Cheng con una pequeña sonrisa tranquila.

Quizás la curiosidad es una característica genética de los Lan, Xichen no pudo evitar preguntar: —¿Qué soñaste?

—Que unas marionetas me perseguían hasta el cansancio. —respondió el Jiang con algo de vergüenza, al final rodó los ojos— Mi madre es fanática de contar historias extrañas por la noche, sobre todo ahora que descubrió que a A-Xian le gustan.

Xichen sonrió sin mostrar los dientes, pensando en que su suegra es una mujer peculiar. Xue Yang y A-Qing llegaron poco después, seguido de Wen Ning y Huaisang. Jiang Cheng se despidió de ellos y prometió traerles un caramelo por la tarde si es que se portaban bien con Xichen, antes de irse, dejó un pequeño beso en los labios del jade y luego se retiró de la guardería. Los siguientes en llegar fueron los Jin. Esta vez sí llegó Jin Zixun.

Comenzaron sus clases con normalidad, el cielo comenzó a nublarse a pesar de que era bastante temprano y las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer lentamente, aumentando la intensidad del goteo gradualmente. Ellos estaban pintando unos dibujos de insectos y algunas verduras, mientras Xichen tocaba una melodía suave en su xiao.

Cuando los niños pintan, se enfrascan en su propio mundo onírico. Además del sonido suave de sus pinceles al lavarse en los pequeños cuencos con agua ocasionalmente, no había más ruidos.

Hace algunos días, como experimento, Xichen empacó su flauta y tocó una suave melodía mientras ellos pintaban. Resultó muy bien. Las notas oscilando en melodías relajadas, ellos pintando sus dibujos de animalitos y todos tranquilos. Hoy, acompañado de la lluvia, Xichen notó que los movimientos de sus manos se ralentizaban y los párpados comenzaron a pesarles. Poco a poco fueron quedándose dormidos, usando los brazos de almohada. Xichen agradeció a los santos que ninguno se manchó con pintura y los cargó uno por uno hasta el espacio que usaban normalmente para la siesta.

Al principio quería tener una cama para cada uno, pero desde el primer día fueron más de cinco niños todos los días, y aunque quisiera, no tenía el espacio suficiente para instalar tantas camas. Por eso, modificó una parte de la habitación, cambiando la dura madera por una colchoneta blanda, las sillas por mullidos cojines y las mesas por un par de cobijas. No son camas, pero funcionan similar y a ellos incluso les gusta.

¡La guardería de Xichen! | MDZS AU |Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz