Golden String • Larry

17. softcore

Harry se tarda menos de un minuto en responder, pero cuando lo hace su voz es mucho más dura de lo que Louis espera.

—sí.

Louis asiente, chasqueando la lengua mientras estira las piernas. Para ser algo que pasó hace dos años, hace que sus rodillas tiemblen al ponerse de pie.

—buen viaje, Styles—masculla, tomando la cortina de ambos lados para cerrarla antes de arrastrar los pies hasta la cama y sentarse con las piernas contra el pecho. Se obliga a apoyar la cabeza sobre la almohada y cerrar los ojos, pero en toda la noche no logra sacarse de la mente la imagen del rizado en el aula de música, pisoteando la maqueta que tanto le costó construir.

De ese modo el fin de semana inicia con Styles lejos y Danny presente, visitando su casa casualmente los días en que Jay no está.

A veces ven películas y en otras hablan de la banda, pero en su mayoría se besan mucho, llegando al punto de frotarse por encima de la ropa en el pequeño sofá de los Tomlinson. Es genial, nuevo y excitante, pero Louis lo corta siempre que Danny intenta colar una mano dentro de su pantalón. No se siente listo, pero tampoco se atreve a decírselo por temor a disgustarlo. Sin embargo, Danny es paciente, aunque tiene la tendencia a desaparecer y hace que el castaño se pregunte si está arruinando todo con la única persona que ha mostrado interés por él desde que tenia catorce años.

Así qué pasa algunas noches en vela y otras con el celular en la oreja mientras habla con Danny de cualquier cosa. Son esos los momentos en que esta seguro de su posición con el vocalista y el futuro que podrían llegar a tener. Pero luego Danny deja de responder y Louis ya no está tan seguro de si se encuentran en tierra firme o en arenas movedizas.

Tomlinson se encuentra en ese vaivén de inseguridad y plenitud, donde duda de cada palabra que sale de su boca por temor a decir algo que termine por catapultarlo al rechazo. De no ser porque el lunes en la mañana lo llaman de la bolsa de empleo a la que se inscribió para decirle que hay una vacante en un almacén de ropa, habría terminado de perder la cabeza.

—¿estás seguro de que quieres trabajar?—le pregunta Niall cuando Louis le cuenta de la entrevista que tiene más tarde—Sé que eres medio masoquista, Tommo, pero entre el periódico y las clases, ya tienes suficiente tortura para toda una vida y te lo dice alguien que ve jackass por diversión.

—lo dices como si estuviera a punto de venderle mi alma al diablo—pone los ojos en blanco, cerrando el casillero para caminar junto al irlandés hacía su próxima clase.

—es incluso peor que el diablo, ¡es una corporativa capitalista!—chilla, virando la cabeza de un lado a otro decepcionado—Marx estaría decepcionado.

—me sorprende que siquiera sepas quién es Marx considerando que faltaste a todas tus clases de sociología—choca su cadera con la del rubio, que trastabilla hacía el costado antes de recuperar el equilibrio y devolverle el empujón—Agradezco tu preocupación, pero sé lo que hago. Mientras mamá no se enteré, todo estará bien.

Niall tuerce la boca, aún inseguro, pero al menos no intenta hacer que desista. Cuando al castaño se le mete algo en la cabeza, es casi imposible hacerlo cambiar de opinión.

—al menos dime que Styles te llevará.

Louis frunce ligeramente las cejas. No ha sabido nada de Harry desde el viernes.

—todavía no ha regresado de su viaje. Supongo que volverá hoy en la noche.

—¿cómo harás para ir a la entrevista, entonces?

—tomaré un taxi—encoge un hombro. No entiende la preocupación de su amigo. Louis ha hablado de conseguir un trabajo desde que el año empezó y cree que el universo por fin lo ha escuchado. Esta es la oportunidad perfecta para ayudar a Jay—Tranquilo, Niall. Lo tengo todo bajo control.