⠀⠀⠀⠀˚‎ ⊹ ♡ ー capítulo número: cinco ˚‎

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-por darme la idea de que mis cicatrices no son horrendas. -en seguida sacó de su bolsillo la mascarilla negra que tanto llevaba a lo largo del día, semanas, meses e incluso años por tratar de cubrir sus cicatrices que tanto le agobiaban desde aquél accidente. Sanzu estaba luciendo por primera vez su rostro completo sin que nada tapara la mitad de sus rasgos físicos.

-oh, sobre ello, ... No es necesario que agradezcas por eso, Sanzu. -en pocos segundos la expresión de Takemichi cambió de una curiosa a una contenta, sonriendo que finalmente ayudara a su novio mirar la gran belleza de Sanzu que se contenía por salir-. No tienes porqué hacerlo, sólo dije lo primero que pensé.

-de todas formas, quiero darte las gracias. -a menudo fue bajando su tono de voz masculino-. Y por quererme así... -susurró apenas.

El chico de orbes zafiro pasó sus manos sobre el pecho de Sanzu para recargarse y alzarse de puntitas, logrando darle un corto beso en su frente y luego besar cada comisura de sus labios donde tenía sus cicatrices en forma de rombo.

-eres y serás perfecto para mí, cariño.

-te amo.

-yo también te amo, pero ahora que lo pienso, creo que deberíamos volver a nuestras clases y... -trató de retractarse el rubio al comprobar el reloj y afirmaba que ya era tarde, si ambos regresaban estarían con un castigo severo del profesor, quien seguiría con sus sermones aún después de clases. Volteó a mirar a Sanzu-. Olvídalo, sólo perderemos dos clases con el profesor que no le agrado. -el albino soltó una carcajada.

-ya lo que mencionas, ¿te parece bien si puedo darte mi agradecimiento? -Takemichi lo miró curioso y no pudo evitar sentirse feliz, asintiendo con rapidez-. Bien, pero no aquí. Te lo mostraré en otro lugar.

Haruchiyo sin pensarlo, tomó el brazo de su novio corriendo por los pasillos siendo los más cuidadosos que son de no hacer un alboroto con sus pisadas, intercambiando una que otra risa de complicidad, nada malo podría suceder si faltaban las dos últimas clases, ¿verdad? Saltarse de vez en cuando, no le vendría haciendo nada malo a nadie.

O eso es lo que pensaba en su mente.

.

.

.

-agh, Sanzu, no muerdas ahí.

El sonido ahogado del ojos azules se escuchó por todo el cuarto pequeño de conserje, los labios de Takemichi ya se encontraban para este punto hinchados y mordidos por los besos que su novio le daba, su pequeña cintura estaba siendo sujetada entre los dedos largos y delgados de Sanzu con fuerza, sin dejar de hacerle posibles marcas que harían notorio sobre lo sucedido más tarde.

Jamás se esperó que ese agradecimiento que quería darle el ojos azulinos sería coger ahí mismo en el Instituto, aunque no lo admitiría en voz alta ni le diría a su novio, no se negaba a la idea de cumplir otra de sus fantasías sexuales en eae sitio, la adrenalina de ser descubiertos en plena acción por alguna razón le producía excitación y nervios.

El joven Hanagaki apretaba tanto la camisa de su novio sin alejarlo de su reducido espacio personal, jugueteaba con los primeros botones de la camisa del contrario que se contenía las ganas de arrebatársela y exigirle que lo follara de una vez. Se sentía tan acalorado, excitado y desesperado por hacerlo, a pesar que fuera un chico tímido, tenía una impulsividad sexual muy alto, pero no dejaba de lado su sentido sobre usar protección para prevenir embarazos no deseados o contraer infecciones sexuales.

La concentración de Sanzu estuvo ocupada sobre su cuello, lamiendo la reciente mordida que hizo ahí mientras sus traviesas y codiciosas manos se introducían debajo de la camisa blanca que usa su chico, produciéndole que Takemichi sintiera escalofríos al sentir las manos del otro recorrer su piel pálida y suave, subiendo poco a poco jasta llehar a la zona de sus pezones rosados que el mayor de estatura le gustaba chupar y morder, la mirada de Sanzu vuelve a fundirse en sus labios.

-shh, alguien nos va a descubrir. Además, esto es parte de mi agradecimiento, cariño. -decía entre suspiros por el deseo y la lujuria que siente en esos instantes, la calentura sólo hace que su erección palpite entre sus pantalones, ansiando por profanar el cuerpo de su novio, adentró su mano sobre los pantalones de Takemichi buscando su trasero y al hallarlo, empezó a frotar varios dedos sobre estos para introducir uno por uno, al mismo tiempo que su otra mano se ocupaba de bajar los pantalones de ambos hasta quedar sobre sus tobillos.

Takemichi reaccionó justo a tiempo para empujarlo sin ser tan brusco y limpiaba la saliva que caía sobre su mentón.

-agradezco por el detalle, p-pero no podemos hacerlo aquí. Y mucho menos arriesgándonos en la escuela.

-¿ah? ¿Hasta apenas lo dices después de cog...?-fue callado enseguida por la mano de su novio.

-¡n-no digas eso tan desvergonzado!-balbucea exaltado, apresurando en arreglar sus ropas, cubriendo la mordida recién hecha de su cuello gracias al albino-. No es que tenga ningún problema, uhm bueno, es que no tenemos condones.

Sanzu abrió un poco sus ojos sorprendido pero luego sonrió, sacando un paquete de condón de su bolsillo de la chaqueta del uniforme, las orejas y mejillas de Takemichi se ponen tan rojas por lo inesperado.

-olvida lo que dije...-susurra el orbes azules, Sanzu lo toma de la cintura para apegarlo hacia su pecho continuando con los besos ardientes y apasionados. Volviendo acorralar a la pared su novio y sin interrumpir el beso, el mayor de estatura toma los muslos del contrario para levantarlos y cargarlo sobre la fría y lisa pared, rodeando las piernas delgadas de Takemichi en cada lado de sus posaderas aún besándose con deseo-. Sanzu... -jadeó su nombre contra su oído, experimentando la sensación de la dura erección del otro sobre su entrada, frotándose el uno y del otro, apenas Takemichi es consciente que también tiene una erección que se va volviendo cada vez más sensible, aumentando solo su deseo sexual de ser follado por su novio.

-¿sí? -a este punto ambos ya se encontraban desnudos, hundiéndose en la piel del otro no sin antes de usar dicho método anticonceptivo, siendo únicamente testigos de esos sonidos reconocibles como vulgares y jadeos por parte de ambos, el ambiente se tornaba tan caliente en aquél cuarto del conserje.

-ah...~, ugh...~, s-sólo hazlo rápido y limpiemos este desastre des-después.

~, s-sólo hazlo rápido y limpiemos este desastre des-después

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𝐒𝐀𝐍𝐈𝐓𝐀𝐓𝐄𝐌 ‹ sanzu + takemichi. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora