Mitsuya Takashi x Reader ♡ [+18]

Parte II

Esa noche te pusiste unos pendientes y no te colocaste nada en el cuello. Llevaste el pelo recogido, el vestido que él te había hecho, y unos zapatos de taco alto.

Fueron a cenar a un restaurante muy elegante. Mitsuya estaba de traje.

Cuando salieron fueron a un hotel.
Subieron por el ascensor, de la mano y entre algunas risas. Habían bebido vino.

Tú ingresaste primero y él cerró la puerta de su habitación por detrás.

La luz era tenue, solamente estaban encendidas dos lámparas en los costados, y había velas alrededor, sobre algunos muebles. El cuarto y la cama eran realmente espaciosos, de colores armoniosos. Había un aroma dulce, que venía de rosas en floreros esparcidos en varias partes dentro de las cuatro paredes.

Mitsuya se puso detrás de ti y besó tu cuello por la espalda, donde tu piel estaba descubierta.

— ¿Ya te dije que te ves muy hermosa hoy? — preguntó, en un tono suave.

— Sí, varias veces... Desde que me viste cuando pasaste por mí, en el restaurante y de camino al hotel — respondiste, moviendo tu cabeza a un costado, para que él continuara dando besos.

— Nunca es suficiente... — dijo, al tiempo que sus manos pasaban desde tus antebrazos hasta tus hombros, donde los acarició con delicadeza.

Recorrió la parte por debajo de tu peinado de izquierda a derecha con sus labios. Cerraste los ojos y te entregaste a sus mimos.

— ¿Puedo? — inquirió, moviendo la parte donde el vestido cerraba, en tu espalda baja.

— Tú lo hiciste. Claro que puedes — contestaste.

— Esa es mi parte favorita aunque yo mismo te haga estas prendas. Desvestirte.

Besó nuevamente la curva de tu cuello, mientras que abría el vestido por la espalda, y lo deslizaba pacientemente sobre tus hombros, ayudado con sus dedos para bajarlo con delicadeza. El mismo cayó por el peso de la tela, al piso.

Vio con detenimiento que habías elegido el conjunto negro. Se acercó a tu oreja.

— ¿Este es el que te gustó más? — susurró muy pegado a ti. Sus brazos rodearon tu cintura.

— Creo que sí... Me llamaba la atención que lo hayas puesto con los otros — tu respiración se sentía un poco pesada.
Mitsuya hizo rozar su nariz en tu mejilla y por tu cuello, sintiendo tu perfume.

— ¿Cuál te gustaba más a ti?

— Este... — tu piel se erizó con su respuesta — Es al que menos detalles de hice, porque me parecía que resaltaba muy bien como estaba. Es el más erótico también.

Tragaste saliva. No dijiste nada.

— Ve a la cama — indicó Mitsuya.

Elevaste tus pies para no pisar el vestido, pero fue él quien lo recogió. Lo dejó encima de una mesita que había en el medio de la habitación.
Se quitó su saco y desabotonó su camisa.

Tú habías tomado asiento en el centro de la cama, al borde.

Tu novio se dio la vuelta y fue hacia ti. Se arrodilló, y, con cuidado, te quitó los zapatos; acarició tus pies, y dio un beso en una de tus rodillas.

Puso entre tus piernas la suya, y asentó sus manos en la cama.

Te besó, fue un beso delicado, unido solamente por los labios de ambos. Cuando se separó un poco, habló.

— Así te ves todavía más hermosa.

Dio un beso en el medio de tu cuello, que fue deslizando hacia tu pecho, se apartó lentamente y fue detrás de ti.