Enredo Cuántico /-Senku x Male Reader-

61. Viaje entre las nubes

- Ya pasamos por esto. Fue tu suerte, así que aprovechala

- Si claro, "suerte"

Bufé, Senku simplemente me sonrió un poco antes de apartar su mano.
Solté un pequeño bostezo mientra me acomodaba entre las mantas de piel, Senku se acostó cerca de mí para acomodarse también.
En las noches de primavera no hacía tanto frío como en otoño o invierno, y en especial hoy hacía hasta un poco de calor así que creo que no dormiremos abrazados esta noche.

Pero aún así quiero sentir a Senku de alguna forma, me tranquiliza saber que está cerca y me ayuda a dormir...

- ¿Todo bien, panterita?

- Eh sí, solo... Uhm, ¿Podrías tocar mi... mano? O algo así, si quieres solo hasta que me duerma

No sabía si Senku se burlaría o si siquiera me haría caso con ess petición rara.
Mi novio pareció pensarlo un poco, pero finalmente terminó llevando su mano hasta la mía, apoyándola suavemente y cruzando un par de sus dedos con los míos.

- ¿Está bien de esta forma?

- ¡Sí! Está muy bien. Descansa, Senku... La luna estuvo más hermosa esta noche que ayer, ¿No lo crees?

"Te quiero más que ayer"
Eso tiene sentido, ¿No? Aunque lo diga de una manera tan tonta, es vergonzoso pensar en decirlo en voz alta.

Senku sonrió y se acercó más por un momento, apenas para besarme gentilmente en la mejilla y retirarme con cuidado los lentes.
Sentí como mi piel ardía un poco bajo su gentil tacto, al mismo tiempo que mi corazón aumentó su ritmo.
Siempre me olvido de quitarme las gafas, es más cómodo estar con ellas puestas.

- Pienso lo mismo, pero no está tan hermosa a como seguramente lo estará mañana. Descansa, ________

Senku se acomodó de nuevo sobre el lecho, pero esta vez más cerca de mí.
Tanto que cerré los ojos tanto por una repentina vergüenza de tenerlo tan cerca como porque su rostro se veía un poco borroso a esa distancia, pero no alejé mi mano de la suya.
Y al menos hasta dónde recuerdo antes de caer dormido, él tampoco alejó la suya en ningún momento.

- Despierta, gato dormilón. Es la hora

Me pareció que apenas si dormí por unos cuantos segundos antes de escuchar la voz de Senku llamándome para despertar.
Me quejé en voz baja mientras abría los ojos con pesadez, parpadeando un par de veces antes de poder abrirlos a medias mientras intentaba mirar mi alrededor.

- Uhm, cebollín... Te ves borroso

- Ah, sí. Un momento, tus gafas... Aquí están

Cerré los ojos un momento, frotándome uno de ellos mientras me sentaba torpemente y bostezaba.
Para cuando volví a abrirlos ya un poco más despierto, Senku me pasó mis gafas para que me las pusiera adecuadamente.