01 de febrero, 04:58

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hoy la vi. sé que era ella, estoy así de segura porque no podía creérmelo. me puse tan nerviosa que lo primero que me salió hacer fue enviar un mensaje en ese grupo de whatsapp que todos tenemos con nosotros mismos, ¿y sabes qué mierda decía ese mensaje, lo primero que se me vino a la cabeza solo por verla?

prepárate para un increíble exceso de profundidad:

«bebe lo suficiente como para animarte a hablarle».

gran mensaje de mi yo alcohólico, ¿eh? por alguna razón, necesito recordarme ese tipo de cosas para cuando esté lo suficientemente borracha como para no saber qué estoy haciendo. la cuestión es que por primera vez en muchos años yo, como que me llamo neith, padecí la peor de las anomalías que a una chica de mi edad pueden pasarle.

no. podía. ponerme. borracha.

y eso que bebí, tomé tanto que empezaba a sorprenderme el todavía poder hacer el 4 de mierda.

sé que escribir en un blog en pleno 2022 es anticuado, lo siento. la cuestión es que amo escribir, pero nunca soy capaz de mantenerme constante en nada de lo que quiero hacer. quizás, solo quizás, publicarlo en internet me ayude a querer volver. a querer seguir contando mi vida solo para que algunos extraños la encuentren y vean lo patético que es tener 19 años.

te daré el contexto que necesitas: me llamo neith, fui a festejar los dulces veinte de mi amiga del alma, y en su fiestita de cumpleaños estaba ella. mi némesis. la persona que durante tantos años vi cruzar por delante sin reconocerme en lo absoluto, la misma que todo el mundo adora y, por si no fuese poco, es también la que cree que la odio.

¿quién mierda podría odiarte, por dios?

ojalá yo pudiese, chica.

ojalá pudiese.

Calma para el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora