554 91 25
                                    

El patio abandonado del palacio es más solitario por la noche, el viento frío sopla mi rostro mientras me recuesto en la hierba para mirar el cielo, entre mis manos, el Libro de los Cantos reposa cálido. El aroma de Tae Hyung me intoxica con la misma fuerza cuando lo recuerdo y hace que me duela el pecho, es un tormento hecho de miel de flores.

─Ya tenemos la copia, Su Alteza ─indica el eunuco Dong.

─Llévasela a la princesa Yon.

─Como ordene.

El príncipe heredero se ausenta en la cacería porque el entrenamiento ha sido demasiado duro para él, el médico real mencionó que necesita reposo y la reina se encarga de vigilar las decocciones, no deja que nadie más lo haga por miedo a que su inexperiencia cause un accidente fatal. Al despedirme de Jung Choi bromeo con él al recordarle que la pelea que ansiaba tener conmigo no podrá hacerse, no se lo toma bien pero tampoco me delata frente a nuestro padre.

Sería ridículo que hiciera una gran escena por algo tan minúsculo.

El eunuco Ji Min, no, la concubina Park ha decidido acompañarnos, está montando al lado de Su Majestad y por primera vez no me desagrada tanto, no muestra asco con el aroma copioso de la sangre mientras perseguimos a un oso negro ya herido y logra captura un faisán por su cuenta antes del atardecer.

─Mi concubina es así de talentosa ─ríe el rey tomando su pequeña mano.

─Aprendí a cazar cuando era joven, las dificultades ayudan al aprendizaje, Su Majestad ─responde sin mostrar ninguna emoción negativa por su pasado.

─ ¡No dejen escapar al oso negro! ─grita mi padre, el gran Rey Yoon Gi, ansiando lucirse ante su favorito, su caballo encabeza el equipo determinado a obtener la presa.

Los perros ladran cautelosos, ante una bestia inmensa temen por su propia seguridad, su comportamiento es diferente de cuando se enfrentan a un ciervo joven. La escena me recuerda al palacio, no hay mucha diferencia entre la caza y la política.

─ ¿Nuestro quinto hermano cambió la caza y las artes del combate por los paseos ahora que pasa más tiempo leyendo libros? ─se burla el tercer príncipe deteniéndose a mi lado.

─ ¿O es que el príncipe heredero y tú cambiaron de cuerpos? ─El cuarto príncipe pasa a mi lado sonriendo con desdén.

Después de ver la silueta del gran oso dejar de escapar para volverse contra sus atacantes, avanzamos hacia el lugar donde Su Majestad se halla, su caballo entra en pánico y lo tira al piso, varios hombres resultan pisoteados mientras que otros están heridos por las garras poderosas de la bestia. Mis hermanos avanzan intentando luchar pero sólo avivan más su furia, en un momento de caos, el oso se abalanza sobre el rey, Ji Min se interpone, todo parece ir en cámara lenta hasta que el animal cae muerto.

Al regresar al palacio, el médico real examina a mi padre.

─Salvo lesiones menores, no debe preocuparse. Tuvo suerte, Su Majestad.

─Todo es gracias a la agilidad y puntería del quinto príncipe.

Los siguientes días pasan lentos, en la monotonía del palacio, frecuento el campo de entrenamiento hasta la mañana que me informan que mi tutor real finalmente está esperando por mí. Ni siquiera las miradas envidiosas de la reina y su séquito pudieron cambiar mi humor hasta ahora.

─ ¿Cómo está, Su Alteza Real? ─me pregunta sonriendo, por un instante me parece que cualquier línea invisible fue borrada. En la distancia, he querido abrazarlo tantas veces, entre sueños creí oler su aroma inundando mi alcoba. Su presencia es un bálsamo a la inmensa soledad en la que me hundo voluntariamente.

ANHELO REAL - KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora