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𝓕𝓵𝓲𝓻𝓽𝓲𝓷𝓰

Vio por quinta vez el mapa que traía en manos. Se sentía perdido, desubicado, y se negaba rotundamente a aceptar la ayuda de aquel viejo que no paraba de insinuársele.

— Vamos princesa, déjame guiarte a la cabaña de tu abuela — repitió, admirando divertido como el príncipe trataba de ubicarse con ayuda del mapa.

— Déjame en paz, viejo. Solo... Solo estoy algo desubicado — murmuró. Sus ojos rasgados miraban por todos lados, para después volver a posarse en el mapa.

— Estas perdido. Yo he vivido por aquí durante mucho tiempo, créeme, si me dejas ayudarte llegaremos más rápido — se cruzó de brazos molesto, la actitud del hermoso rubio llegaba a ser irritante.

— ¡Ja!. Como si pudiera creerte, de seguro solo buscas engañarme — con una pequeña sonrisa juguetona volteo a mirar al pecoso, quien se encontraba apoyado en un árbol con sus brazos cruzados — pero sabes, sería más fácil que te convirtieras en una bestia, así podría montarte y llegaría a la cabaña de mi abuela rápido y sin cansarme.

— Oh... — con su mirada más amenazante, camino a pasos lentos hasta llegar donde el rubio — tranquilo, dulzura... Tu puedes montarme cuando quieras — susurro contra los labios del más bajo.

El príncipe sintió sus mejillas arder, se apartó de golpe de aquel hombre e inhalo y exhalo tres veces, cuando su corazón se tranquilizó volvió a mirar su mapa.

— Es por aquí — señaló con su dedo, dejando ver unas uñas filudas que, prácticamente, parecían garras.

— ¿Por qué debería creerte?.

— Porque pronto volverá a nevar y no hay cuevas cerca. No quiero que termines muerto por hipotermia — una de las manos se posó en la mejilla del príncipe, y con su dedo delineó esta — estas frío...

— No estoy acostumbrado y... —humedeció sus labios, estaba nervioso, aquel hombre lo ponía nervioso —... No me gusta el frío, no estoy acostumbrado...

— Me di cuenta... — trago duro al ver la pequeña lengua del príncipe humedecer sus carnosos y rosados labios. Su mano seguía acariciando aquella fría y rellenita mejilla, tentando de morderla —... Entonces deberías cubrirte más, la carne fría no sabe bien. — en un movimiento rápido le puso la capucha roja al rubio, quien se relajo al sentir como el frío era menos.

— Gra-... ¿Carne fría?... ¡Eres un pervertido! — y nuevamente dejo a un peliverde con hambre parado en medio de la nada.

El hombre reaccionó y volvió a correr detrás del rubio, si, ya se estaba haciendo una costumbre para los dos.

— Eres malvado, dulzura. Mira que dejar con hambre a tus mayores, ¿tus padres no te han enseñado modales?.

— Claro que lo hicieron. También me enseñaron a no dejar que un viejo pervertido ponga sus garras en mi.

— No soy viejo, solo es la barba. — acarició su barba descuidada, pensando seriamente en cortarla — Tengo 22 años.

El príncipe se detuvo de golpe. Miró de pies a cabeza el hombre y se rio.

— ¿22?, ¿Usted? — no pudo contener su risa. Realmente le divertían las palabras de aquel viejo pervertido.

Izuku no se enojo, tampoco insistió. Solo se dedico a escuchar y disfrutar de aquella risa. Se oía tan bien, incluso en eso era perfecto aquel joven rubio — Si lo dudas puedo demostrarlo.

— ¿Enserio?, según usted, viejito, ¿Cómo me lo puede demostrar? — sus blanquecinos dientes se mostraron en una perfecta sonrisa, con su cuerpo levemente inclinado por la risa.

— En la cama.

Ahora fue el turno del hombre de dejar a un confundido príncipe en medio de la nada. Luego de haber avanzando unos metros puedo escuchar como el joven gritaba y maldecía.

— Bueno, esa actitud explosiva también es algo tierna.

Izuku—asalta—cunas—Midoriya.

Bromitaa, como ya aclare en los primeros caps, Katsuki ya cumplió los 18. Asíq es legal.

Ajdhka, me falta actualizar una historia más, bueno dos, pero Dos Omegas, Un Alfa. Sigue pausado temporalmente. Pará los que la leen les juro que la voy a actualizar, solo necesito algo de tiempo.

No se olviden de votar si les gustó el cap, y que tengan un lindo día✨.

Sin mas que decir, Bye Bye~°°°