Capitulo 21: Lo que paso, lo que duró y lo que debe soltarse

Start from the beginning
                                    

Adam me dió una sonrisa inocente y después se metió otro puño de rufles a la boca.

—¡Cínico! —proteste.

—Anímate preciosa, debemos seguir las órdenes del entrenador —dijo Shace señalando al castaño.

—Oh Shace, haces que me sonroje — vaciló Adam, fingiendo emoción.

Shace negó con la cabeza, tomó mi mano y me obligó a correr a su lado.

Ahora nos encontrábamos en la gran cancha cerca de la casa de Adam. Pues resulta que ellos habían decidió sacarme de casa, debido a que el primer mes, todo el mes entero, enserio, TODO un mes; estuve encerrada en mi habitación llorando, abrazando la ropa de Elliot, bebiendo una que otra cerveza y volviendo a mi mala y vieja rutina de hace un año... fumar.

Si. Yo solía fumar.

—Vamos Shace... Me he cansado —solté agitada, deteniendo mi trotado.

Shace se detuvo a mi lado y me miró con las manos en su cintura.

—Tienes que seguir —dijo —Tienes que volver a estar bien por qué sabes que eso de estar deprimida así no está nada bien, bonita.

Lo miré como si de un perrito apaleado se tratará y el solo negó con la cabeza, soltando un suspiro.

—Dejemos esto aquí hasta mañana, ¿Si? —me miró con una sonrisa de lado y yo asentí.

Me deje caer en el suelo, agitada y sudada, y Shace igual. Apenas nos sentamos y Adam alzó el alta voz para gritarnos.

El muy idiota compró un altavoz para gritarnos desde las gradas, donde comía como un marrano en huelga.

—¡Sigan corriendo, no deben...

—¡CÁLLATE!

Gritamos Shace y yo en unísono, ya irritados por sus gritos.

—¡Salvajes!

Protesto el castaño comiendo sus Sabritas.

Volteé los ojos y miré todo a mi alrededor. Al hacerlo, vi a un chico de cabello negro paseando a un perro parecido a Gomita. Abrí mis ojos esperanzada, pero cuando el volteó toda la emoción se fue de mí, así como mi última esperanza.

El chico tenía el cabello negro, pero no tan azabache como el de Elliot. Y en comparación, ese extraño tenía los ojos castaños y la nariz algo larga. Y Elliot tenía unos perfectos y hermosos ojos grises, y un nariz recta y respingada al mismo tiempo...

Nadie era como él.

Agache mi mirada triste y me deje caer en el césped. Sentí unos ojos sobre mí, y cuando volteé, vi a Shace, quién me miraba fijamente.

Fruncí el ceño y sonreí nerviosa.

—¿Por qué me miras? —pregunté.

Shace se sonrojo en ese instante y después se volteó nervioso.

—Y-yo.. no, para nada... No.

El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]Where stories live. Discover now