Razón de odio #3 2/2

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Si bien Jay no era conocido como el chico más paciente de todos, eso no le impedía a su madre obligarlo a esperar la llegada de Jungwon.

-No entiendo por qué estás tan emocionada, mamá.

-Silencio, hijo. Tu amigo podría llegar en cualquier momento... -el sonido del timbre se hizo presente y Jay no tardó en ser levantado por su madre del sofá.

-Ve a abrirle tú, anda. -Lo empujó suavemente hacia la puerta y se alejó un poco.

Ella realmente estaba muy feliz de que su hijo tenga más amigos, desde pequeño había estado solo en todas las escuelas en las que estuvo y que ahora traiga a otro chico que no fuese Sunghoon, la contentaba de sobremanera.

Jongseong avanzó arrastrando los pies al caminar y con toda la lentitud del mundo, abrió la puerta.

Lo primero que vio fue el cabello castaño del menor perfectamente peinado. Vestía unos pantalones negros, acompañados de un polo rojo con rayas negras también.

-Pasa, niño.

-¡Jongseong! -fue reprendido por su madre casi al instante, dejando a un Jungwon totalmente avergonzado.

El menor ahora tenía las mejillas sonrojadas, así que entró con la mirada en el suelo a la casa.

-Ay que pequeño es, ¿cuál es tu nombre, corazón? -preguntó la señora, mirando a Jungwon fijamente. Jay por otro lado ya había cerrado la puerta y miraba la escena divertido.

Quizá podría disfrutar cuando su madre llene de preguntas a Jungwon.

-Me llamo Jungwon, un gusto, señora. -Extendió su mano a modo de saludo, casi temblando por los nervios. Se sorprendió cuando la madre de Jay lo jaló para darle un abrazo.

El mayor no pudo evitar reírse al ver a su madre prácticamente ahogando a Jungwon en sus brazos.

-Eres una ternura, Jungwon. Me alegro de que seas amigo de mi hijo, se ve que eres un buen chico. -habló la mujer, sonriéndole a Jungwon, ocasionando que volviera a sonrojarse.

-M-muchas gracias, p-pero yo... -Jay pensó que Jungwon estaba a punto de decirle a su madre que no eran amigos y que solo estaba ahí por una simple clase.

Había visto a su madre tan emocionada por el asunto, que decidió mantener la mentira que había creado.

-Sí, mamá. Bueno, nos vamos a mi habitación. Tenemos mucho por hacer. -Apenas dicho eso, su madre lo miró con sorpresa escrita en el rostro, para luego mirarlo mientras alzaba sus cejas.

-¿Y qué van a hacer exactamente? -preguntó, dándole cierto tono divertido a su oración. Si antes Jungwon estaba avergonzado, ahora quería que la tierra lo tragase.

-Le enseñaré a tocar el piano, mamá. -Ella lo miró fijamente, para ver si estaba mintiendo. Luego soltó una risa y asintió. -Vamos, moc... Jungwon, el piano está en mi habitación.

Jungwon asintió con una sonrisa y siguió a Jay mientras subían por las escaleras.

-¡Diviértanse con el piano! -exclamó la señora Park desde la primera planta.

-¡Mamá! -las risas de ésta se hicieron presentes, así que empezó a caminar más rápido para llegar a su cuarto. Abrió la puerta y entró, esperando que Jungwon lo siguiera.

Una vez dentro, el ambiente se volvió incómodo, pues ninguno se atrevía a hablar.

Jay decidió terminar con eso y se puso de pie, caminando hacia donde estaba el piano y tomar asiento en la banca situada al frente del mismo.

Al no ver a Jungwon sentado a su lado, se giró para ver qué podría estar haciendo el castaño. El menor aún se encontraba en el mismo lugar desde que había ingresado, parado a un lado de la cama de Jay.

-¿Te vas a quedar allí todo el rato?

-¿E-estás molesto? -preguntó, levantando la mirada para observar al otro.

-¿De qué estás hablando?

-P-pues, no te ves de que esté aquí. Y-yo puedo irme si lo deseas, le diré a Sunghoon que me enseñaste, no hay problema...-Jungwon se veía tan indefenso ahora mismo, parecía a punto de llorar.

"Maldito mocoso y sus poderes para hacer que la gente haga lo que él quiera" pensó Jay.

-¿Ah? Siendo sincero, planeaba ver una película en Netflix. -los hombros de Jungwon decayeron al oír eso.-Pero estás aquí, y no soy tan hijo de puta como para mandarte a tu casa después de que hayas venido hasta aquí por una simple "clase".

-¿H-hablas en serio?

-Sí, ahora ven y siéntate a mi lado antes de que me arrepienta de lo que dije. -dijo eso y volteó para quedar nuevamente frente al piano.

Pensó que quizás había sido un poco duro con lo último que había dicho y quizá Jungwon pudo haberse sentido mal con su actitud, sin embargo se olvidó de eso cuando sintió el aroma de vainilla que emanaba Jungwon, mientras tomaba asiento a su lado.

-Bien, ¿sabes tocar alguna canción? O ¿has intentado alguna vez? -intentó con eso. La verdad era que Jay nunca nunca había sido bueno explicando cosas a otras personas y empezaba a preguntarse nuevamente cómo es que había llegado a esa situación.

-Y-yo estuve viendo vídeos en Youtube. -admitió el castaño, mientras se encogía de hombros.

-Vale, muéstrame lo que sabes.

Jungwon dejó un salir un suspiro para luego posar sus manos sobre las teclas del piano. Jay no pudo evitar notar lo pequeñas que eran éstas.

Entonces, decidió anotar algo más en su mente, que luego escribiría en su bloc.

3.- Sus manos son tan pequeñas, ¿cómo planea tocar el piano con esas manitos? Dios, sería más fácil si intentase tocar la flauta o algo por el estilo.

Claramente dejó sus pensamientos absurdos de lado cuando oyó la melodía que el menor estaba tocando.

¿Quién no conocía "Palillos chinos"? Esa había sido una de las primeras que había aprendido también.

Jungwon parecía tan concentrado en lo que hacía, que no notó el momento en el que Jay se había unido a él, haciendo que la tradicional canción que había empezado, sonase aún mejor en compañía del mayor.

Cuando terminaron la pequeña melodía, Jungwon miró a Jay con una sonrisa tímida en su rostro.

-¿Q-qué tal lo hice, Jay hyung? -el mencionado pudo haber dicho que esa era la canción más fácil que pudo haber tocado alguna vez, pero al ver la mirada de ilusión que traía el otro chico decidió dejar esos pensamientos de lado y decir algo completamente diferente a lo que estaba pensando.

-Lo hiciste bien, Jungwon. Eres buenos en esto.-Jungwon sonrió nuevamente, haciendo que sus ojos desaparecieran.

Jay pasó por desapercibido el significado que podría tomar esa oración, pero ese había sido uno de los muchos cumplidos que le haría al menor, empezando desde ese día.


















NO PUEDE SER. ¿ADIVINEN QUIÉN YA VOLVIÓ? sí, lamentablemente yo.

¿cómo han estado? ¿me extrañaron? seguro no.

en fin, ya que he terminado de escribir School Love seguramente me dedique a seguir esta adaptación, y como tengo gripe seguramente no iré a la escuela así que los trabajos los dejaré para otro día y me dedicaré un poco a escribir.

gracias por ser pacientes, juro que había querido actualizar algo pero la escuela no me deja y no me daba tiempo, en fin, ya casi entramos en vacaciones y tendré mucho más tiempo.

por favor, esperen otro capitulo de esta historia y de otras, no se olviden de también leer la historia original.

chaaaauuuuuu, nos leemos después. <3

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