Capítulo 68. La calma antes de la tormenta

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Mañana del viaje – Casa de Luisita y Amelia

- Buenos días Señora Gómez – saludo Bella entrando a la cocina y sentándose en una de las banquetas que daba a la puerta de vidrio que conectaba la cocina con el jardín

- Bella, me conoces desde aquella vez que las encontré a ti y a Beth besándose en el departamento… creo que ya me puedes decir Luisita – le dijo de forma simpática a la amiga de su hija

Tanto Beth como Bella habían llegado de la universidad la noche anterior para unirse al viaje al campo de los Ledesma

- Tiene razón Se... – Luisita la miró – Tienes razón Luisita – la rubia sonrió – Tengo que decirle dos cosas – anunció Bella – La primera es que usted está hermosa como siempre – Luisita se sonrojó – Y la segunda es gracias por dejarme ir con ustedes al campo, desde la última vez que fui, me quedé con ganas de volver – dijo

- Sabes que eres bienvenida a donde quieras, demasiado con que tienes que compartir habitación con mi hija en la universidad – resaltó

- ¡OYE! – Beth entraba a la cocina – Te escuché – le dijo a su madre para después dejar un beso en su mejilla – Buen día mamá, y para que sepas Bella no es la gran compañía tampoco – apuntó mientras iba hasta la canasta de frutas

- Yo que tú cuidaría lo que dices – le advirtió su amiga – No vaya a ser que se me escape enfrente de tu madre lo que hacen tú y Lucas en nuestro dormitorio – Luisita miró inmediatamente a Beth y Beth no demoró en tirarle la naranja que tenía en su mano a su amiga

- MUY BUENO DIAS A TODOS – ni hace falta que Lexi se había despertado y salvaba a su hermana de una mirada asesina

- Buen día cariño – la saludó Luisita

- ¿Cuánto falta para que se despierte Jules? – preguntó Bella inquieta

Luisita miró a su hija mayor para ver si obtenía una explicación sobre la pregunta de su amiga, Beth giró los ojos

– Desde que le conté del ritual del lobito muere por verlo – explicó – Y no vas a tener que esperar mucho más – el cangurin señaló a su hermana menor que venía llegando

La pequeña caminó sin mirar a nadie y sin decir nada hasta su madre, cuando llegó a ella le estiró los brazos para que la alzara

– Buenos días pequeña – la saludó Luisita. La pequeña besó a su madre y después apoyó la cabeza en su hombro para volver a cerrar sus ojos – Esta es la fase donde ignora a todo el mundo y solo quiere estar con su mamá, ¿cierto lobito? – la rubia picó un costado de su hija para que se escuchara una suave sonrisita que hizo que los que la escucharan sonrieran como bobos – La otra fase es o desayuno con mi mami o nada – contó besando la cabecita de Jules

- ¿Mami está corriendo? – le preguntó Beth mientras le hacía el desayuno a sus hermanas y a su amiga, Luisita asintió - ¿Sigues en periodo de sillón? ¿Por qué Emma me contó que no lo cumpliste? – le reprochó

- No puedo dormir en esa cosa Beth – se defendió la fotógrafa

- No funcionó la ropa de Victoria Secret – anoche habían visto llegar a Luisita con varias bolsas de la marca en sus manos

- No te preocupes que ya va a caer – aseguró Luisiya

Ya había visto la defensa de Amelia titubear cuando anoche entró a la habitación y Luisita estaba "leyendo" un libro solo en ropa interior y sus anteojos de lectura. La fotógrafa pudo ver el deseo que irradiaba la morena

– Nadie puede resistir al efecto Gómez – dijo

- EXACTO – Lexi apoyó a su madre – Hacemos así – Lexi chasqueó sus dedos – Y tenemos el mundo a los pies – comentó haciendo reír al resto

Cuando, donde y como el amor quieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora