•Atado• |Katsudeku| [FINALIZADA]

Capitulo 30: Jamás olvidar.

También las maestras, nos enseñaban los números, letras y cosas que yo ya sabía, hasta habían niñitos que no podían ir al baño solos, o sea.. no sabían mear ¿¡Como era eso posible?!

Nunca me metía en problemas, hacia todo lo que pedían las profesoras, pero no porque les tenga respeto o algo, lo hacía porque Nana me lo pedía, si era un buen niño ella estaría orgullosa de mí.

Eso era lo único importante.

Una vez en una clase, estaban todos jugando a diferentes cosas, pero yo no, me había sentido en una esquina de una mesa y empecé a dibujar, use diferentes colores brillantes y no despegaba la vista del papel.

- Que lindo dibujo, Katsuki.

Al final esa voz, me hizo mirar a la cara a la dueña de esa voz. Solo era una de mis maestras.

- Gracias..

Conteste serio y volví a dibujar, esperaba a que la mujer que me hablaba se fuera, pero solamente se quedó a mi lado y miraba como dibujaba.

- ¿Para quien es el dibujo?

Quería contestar su duda para que se fuera, pero me quedé pensando.

Nana me había dicho que yo le podía decir mamá, pero que eso era un secreto de nosotros dos, que no le podía decir a nadie más de eso, que mi madre real era Mitsuki aunque yo ya no lo aceptará.

Pero en ese lugar, nadie conocía a Mitsuki ni tampoco a Nana.

Por eso conteste la pregunta con la verdad.

- Es para mi mamá..

Admito que al decir eso.. me oí patético o tal vez algo tierno, estaba lo suficientemente nervioso como para haber susurrado y tal parecía la maestra se veía feliz.

Porque ella pensaba que era un niño pequeño que le daba vergüenza admitir que estaba un dibujo para su mamá.

- Estoy seguro que a tu madre te encantará. ¿Y entonces es ella?

La mujer con uno de sus dedos apunto a la mujer de cabello negro que estaba dibujando.

- Si.. es mi mamá.

Me puso tranquilo saber que ella no le prestó atención a la clara diferencia que teníamos Nana y yo, la mujer que yo dibujaba tenía el cabello negro, y ojos negros, mientras que yo tenía cabello cenizo y ojos rojos. Parecía que no éramos familia.

- ¿Amas mucho a tu madre, verdad Katsuki?

Esa pregunta me hizo enfadar, pero luego reaccione que yo nunca le había contado a nadie lo mucho que yo quería a Nana, ni siquiera a ella.

- ¡Por supuesto qué la amo mucho!

Respondí, era la verdad, yo amaba mucho a Nana.

Al parecer mi respuesta fue lo que la profesora deseaba escuchar, me sonrío y hizo otra pregunta.

Normalmente no hablaba con nadie en ese lugar, ni tampoco jugaba con nadie, me aislaba de los demás porque me parecían inferiores a mí.