Paltros y el Cetro Carmesí

Epílogo

Abrí los ojos y la luz golpeó mi vista, poco a poco fui recuperando la visión y pude ver que me encontraba en una habitación, estaba acomodado en una cama de colchón y almohadas de plumas, parecía la habitación de una mansión o algo así.

Cuando el aturdimiento se me pasó, pude distinguir que a mi lado, recostada a la cama, había una figura bastante familiar, era Celina, quién si no, la observé sin atreverme a despertarla y me sentí muy feliz de ver que se encontraba bien, aunque un poco más alejado de la cama, pude ver que Falmir, en su forma de lobo, también me acompañaba, pero a diferencia de ella, él si había percibido cuando desperté y ahora me miraba y agitaba la cola, como si en realidad de un perro se tratara.

- Al fin despiertas - me dijo con tanta alegría que despertó a Celina.

- ¡Manuel! - gritó ella cuando me vió, como si fuera una sorpresa verme vivo - pensé que no despertarías.

- Cómo vas a decir eso - dije - si fue otro desmayito de nada ¿o no?

- Pues no - me respondió Falmir - llevas inconsciente 62 días.

- ¿Tanto?

- Si - continuó Celina mientras me abrazaba - todos estábamos asustados, creímos que ni aún con el esfuerzo de Keitlas lograrías salvarte.

- Un momento ¿dónde está "Diez"?

En ese momento lo recordé, Keitlas estaba entregándome su energía para salvarme, evidentemente lo había logrado, pero, ¿qué sucedió con él? De pronto, todos mis amigos entraron a la habitación, el grito de Celina los había alarmado y vinieron a comprobar que sucedía; me saludaron, me abrazaron, me besaron, las preguntas iban y venían, querían que les explicara cómo había logrado volver y batallar así, así que les conté toda la historia.

Cuando terminé de contarles, todos quedaron asombrados, me miraban con orgullo, pero aún había algo que me inquietaba, así que les pregunté.

- Primero ¿qué es este lugar? ¿dónde estamos? Segundo ¿dónde está Keitlas?

- Estás en una casa del pueblo de Ninf en el reino de Nidalien, el rey decidió otorgarnos este lugar para que lo utilicemos como base, al menos provisionalmente - respondió una voz que se acercaba - y yo, estoy bien.

- ¡"Diez"! - dije gritando - estás bien.

Mis palabras se me trabaron en la garganta al verlo, estaba pálido, encorvado, había envejecido de golpe, ese no era el Keitlas que recordaba.

- ¿Qué sucedió? - le pregunté - ¿por qué te ves así?

- Esto es parte de mi destino Manuel - me dijo - estabas a punto de morir, la energía de Paltros te había abandonado, así que hice una última apuesta, te entregué todo mi poder, mi energía, sinceramente pensé que moriría, pero no fue así. En el proceso perdí todos mis poderes, incluyendo mi inmortalidad. Por mi aspecto no te preocupes, pronto me recuperaré físicamente, aunque no voy a volver a rejuvenecer, esta será la última generación a la que acompañe y ya no más como caballero, les serviré de apoyo en todo lo que pueda, pero necesitarán un nuevo líder y otro compañero.

- Entonces, ¿es por mi culpa que estás así? - la tristeza se reflejó en mi rostro.

- No Manuel, gracias a ti estamos vivos, incluso Arzel debe sentirse orgulloso mirándonos desde el firmamento - dijo Keitlas - la hora de las lágrimas ya pasó, es tiempo de festejar. No tengo ninguna queja, ni nada de que culparte, en primer lugar, simplemente viviré los años que me quedan como un mortal, acompañándolos y cuando muera, podré reunirme finalmente con mis padres y mi hermano.

- Pues no se diga más - gritó Kumal quien ahora cubría su ojo faltante con un parche - hay que celebrar.

- Antes de eso - interrumpió "Diez" - déjenme terminar de contar todo, Manuel, no sé en qué forma todo este proceso afectó tus habilidades, no sé si las intensificó, si las disminuyó o si te falta alguna, lo que sí sé es que mi inmortalidad te fue transferida, así que, si todos los aquí presentes están de acuerdo, solicito que tú seas nombrado como el nuevo líder de los caballeros, además, tengo al candidato perfecto para formar parte de ustedes y adquirir el poder de "Cinco", por supuesto, solo si están de acuerdo.

- ¿Quién? - preguntamos casi al unísono.

- Celina, nadie mejor que ella, que ha demostrado su valía en el combate y que es una excelente compañera. ¿Están de acuerdo con ambas elecciones?

- ¡Bien! ¡Siiii! - gritamos todos.

Con esa algarabía terminó la conversación y todos se retiraron para preparar el festejo. Como no me sentía débil ni nada, me cambié urgentemente para unirme a los preparativos, no sin antes indagar con Celina dónde podía comer algo, porque hambre si tenía en exceso.

La noche llegó y la música llenaba el ambiente, los Vérnidan del pueblo también habían dado una mano con la fiesta y ahora bebían y bailaban junto a nosotros, se sentía todo muy alegre. Durante la festividad Celina y yo aprovechamos para hacer oficial nuestro noviazgo, aunque todos dijeron que eso ya era evidente, pero eso no evitó que brindaran por nosotros y nos felicitaran.

Las festividades duraron 3 días con sus noches, al final se convirtió en un festival en nuestro honor, por haber salvado al mundo, vendedores y artistas hicieron gala de su presencia, incluso representantes de los Céfirem y los Vulcan llegaron para disfrutar de los festejos.

Nadie quería despedirse, pero habíamos tomado la decisión de regresar cada uno a su casa por un tiempo, dejaríamos de vernos una temporada, al menos que se nos necesitará pronto, pero eso era difícil; Celina y también Falmir en su forma animal me acompañarían a visitar la Tierra. Todos íbamos a descansar, teniendo claro que este no era el final, con todo lo que había sucedido, tomamos la decisión de que los caballeros también actuarían en la Tierra para protegerla de ser necesario, aunque sin asociarnos a ningún gobierno en específico.

Sabíamos que habíamos destruido el mayor mal que agobiada a este mundo, pero que eso no significaba que nuestra misión hubiera terminado, porque donde hay luz, siempre hay oscuridad, pero para eso existimos, para enfrentarla, porque somos "Los Caballeros Sagrados de la Orden del Centro Carmesí". Aunque creo que debemos trabajar en ese nombre, está demasiado largo.