O2

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La noche de bodas, Taehyung estuvo muy nervioso, sin saber cómo actuar ante Yoongi. El alfa conservó la calma en todo momento, luciendo tan experto ante él, y Taehyung se preguntó con cuántas omegas habría estado antes.

Fue amable, paciente y dulce. Se encargó de prepararlo bien para que lubricara y se dilatara, y luego de marcarlo, lamió su sangrante herida. Hasta lo acurrucó a su lado, acariciándole el cabello y abrazándolo contra su cuerpo. Taehyung durmió muy bien en brazos de Yoongi, sabiendo en ese preciso instante que su lugar era junto a su nuevo alfa. Esa perspectiva no sonaba un poco mal en aquel momento.

Tampoco sonaba mal en la actualidad, mientras escuchaba a Yoongi gruñir detrás de él, moviendo sus caderas contra su culo. Taehyung gemía con cada nueva embestida, sintiendo la polla de Yoongi abriéndolo con facilidad. La habitación entera olía a sexo, sudor y feromonas: el omega estaba en su cuarto día de celo, ya a punto de finalizar, así que debían aprovecharlo lo más posible. Los días de celo eran su período más fértil, por lo que Yoongi se aseguraba de anudarlo lo suficiente para que el útero del omega recibiera todo su esperma.

Taehyung, tan agotado como estaba, no se corrió esa vez, pero si sintió el nudo del alfa en su ano. Gimoteó por el placer, aunque también por el leve dolor: su entrada se encontraba un poco irritada por la cantidad de veces que lo hicieron. No sabía dónde entraría más semen, además, se sentía demasiado lleno y con el vientre hinchado. No le sorprendió cuando Yoongi se quitó, minutos después, y el semen se filtró fuera de su agujero.

Cayó boca abajo en la cama, tratando de recuperarse y oyendo la respiración agitada de Yoongi. El alfa también debía estar cansado por hacerse cargo de él.

―¿Cómo te sientes, bebé? ―preguntó Yoongi, minutos después.

―Duele ―murmuró, sin pensarlo, antes de mirar a Yoongi. El alfa tenía una expresión sorprendida.

―¿Qué? ―dijo―. ¿Te... te hice daño? Por dios, Tae...

―¡No, no! ―se corrigió, confundido por el celo. No sabía bien lo que estaba diciendo―. No, eso no... Lo siento, alfa ―se puso a lloriquear, aturdido―. No quería...

―Shhh, shhh ―jadeó Yoongi―. Deja que te revise, Taehyung-ah.

Taehyung soltó un quejido en señal de protesta, pero se quedó quieto al sentir las manos de Yoongi en sus nalgas. Con demasiada vergüenza, dejó que separara sus mejillas traseras, observando su entrada. Debía seguir abierta y cubierta de semen.

―Está un poco irritada ―se preocupó Yoongi―. Tae, si no querías...

―Siempre quiero, siempre quiero ―protestó Taehyung. No le confesaría que le gustaba tener sexo con él en sus celos, porque Yoongi era más atento y cariñoso―. Estoy bien.

Yoongi no se veía convencido, por lo que se bajó de la cama para ir al baño. Taehyung comenzó a sollozar, sensible por el celo y sintiéndolo como un rechazo a su omega, y ni siquiera se calmó cuando Yoongi volvió, con una crema en sus manos. Era una pomada.

Balbuceó débiles protestas al sentir a Yoongi aplicándole el ungüento en el borde de su entrada.

―Tal vez debería ir a limpiarte...

―¡No! ―saltó Taehyung ―. ¡No, no! Bebés, bebés ―trató de explicar el omega, desesperado.

Si lo bañaba y le limpiaba la entrada, podría disminuir sus posibilidades de embarazo. Lo que menos quería era eso, considerando que había pasado cerca de un mes desde que la madre de Yoongi le preguntó sobre cachorros. Taehyung sentía demasiada presión encima, porque no quería que acabara el año sin quedar preñado.

Bloom › YoontaeWhere stories live. Discover now