—¿Cuándo podrías darnos una respuesta? Queremos invertir en algo grande.

—Yo no necesito que inviertan en mi negocio, tengo los medios para sacar el producto al mercado yo sola —advierto al escuchar el siseo a lo lejos—. Y dile a Salvatore que si tiene algo que decir, que mande un maldito correo con sus dudas o que te las diga antes de llamar, porque tengo cosas mucho más importantes que hacer que mantenerme con el teléfono en el oído mientras él te plantea sus inquietudes.

El silencio reina por parte de ellos por lo que parece una eternidad. Y la respuesta impulsiva cargada de rabia, llega tal como lo espero, escasos segundos después.

—Sigues creyendo que todos están para rendirte tributo, Anastasia y no es así —brama rabioso—. Por respeto al tío Aurelio estaba tratando esto con cautela, pero a partir de ahora, para lo que se refiere a mis negocios, tendrás que lidiar conmigo.

Ruedo los ojos, frustrada. Yo y mi bocota. Estaba segura que padre algo tuvo que ver, pero que me lo soltara así sin más me hace saber la rabia que realmente tiene.

—Yo no te pedí que colocaras a Alessandro al frente —advierto en voz baja. Tal vez sueno un poco cansada, pero no me importa—. De cualquier manera, no hablaremos por ahora.

Se mantiene en silencio, pero sé que mis palabras le han causado inquietudes.

—Comunícate con Emilio para cualquier duda, yo no estaré disponible.

—¿Quién es el...?

Mi dedo presionándose en la pantalla para finalizar la llamada es un simple impulso que me tiene curvando mis labios segundos después. Lo que teníamos que hablar ya fue dicho y no quiero sus sermones justo ahora porque no soy hija suya para tener que oírlos.

En la lista de llamadas pendientes tengo a Nadim y a Andrés. El primero no me responde ni siquiera los mensajes y ya me ha quedado claro la indirecta que me estuvo lanzando.

Está con Marcello ahora.

Y es justo por eso que no me contengo y marco de rapidez el número de Andrés Morales. Me estuve mensajeando con él durante semanas y el negocio que pospuse durante meses por fin será retomado. Y al igual que cuando comenzó, será Marcello quien se hará cargo de sus cosas haciéndome agradecer el no aventurarme a dirigir un negocio de millones como su socia cuando Andrés me lo pidió luego de la explosión.

—Anastasia.

Sonrío un poco de lado. Desde que le dije que mi nombre no era Carissa ha estado probando demasiado el nombre con burla haciéndome saber que no olvida la mentira.

—Hola, Andrés.

—Escuché lo de Marcello —habla tras vacilar varios segundos.

—Él te llamó supongo.

—Algo de eso hubo.

Asiento, torciendo mi boca en una mueca. Era de esperarse que nada más llegar quisiera abarcar cada rincón de sus negocios bajo la creencia que Vittoria y yo hicimos algo a sus espaldas.

—Solo llamo para confirmar nuestra reunión en unas semanas.

—Estoy en México ahora —avisa—. Pero estaré en Cartagena en dos semanas, a partir de esa fecha eres bienvenida en mi casa.

—Viajaré en cuanto me notifiques tu llegada.

Entre antes suceda, mucho mejor.

—Sobre el viaje...

—¿Qué?

Me tenso nada más detecto el ápice de nerviosismo que surca en su voz.

—Marcello también vendrá.

DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin