Quiero cumplir mis sueños y vivir mi vida a mi manera, demostrándoles a todos que puedo lograrlo. Siento que todavía me ven como una niña pequeña y no como una joven de dieciocho años lista para comerse el mundo.

Mis abuelos me entiende y buscan hacer lo mejor para mí y me dan un poco más de libertad pero Tony y Shane son todo lo contrario siento que me sobreprotegen demasiado, es un poco sofocante. Kane nunca fue así siempre me apoyo y me animo hacer lo que quería.

No voy a mentir cuando mi abuelo me dejo en el establecimiento donde me tiraría en paracaídas me puse nerviosa, pero también me emocione por más raro que suene eso.

Varios instructores me explican todo el procedimiento y lo que tengo que hacer. Sonrió cuando después de colocar mi equipo subimos a la pequeña avioneta que nos elevara por los aires, la adrenalina comienza a fluir por mi cuerpo y comienzo a emocionarme cada vez más por mi pequeña aventura. Comienzo a descubrir una nueva faceta de mí, me encanta la adrenalina siempre he sido muy extrovertida, pero este tiempo en Italia he descubierto que me gustan las aventuras que muchas personas no disfrutarían por miedo, como escalar una montaña muy alta o practicar buceo con tiburones.

Pero esas son cosas que disfruto hacer y nunca dejare que el miedo me domine y me impida alcanzar mis sueños.

La avioneta comienza a elevarse, me preparo con mis instructores que me explican brevemente otras cosas en casos de emergencia. Cuando ya estamos a la altura requerida mi instructora me mira.

— ¿Lista?— pregunta con una sonrisa.

Y no dudo cuando respondo.

—Si—

Camino hacia la puerta abierta y me lanzo mis instructores me siguen de cerca. La sensación de estar en el aire y sentir que vuelas es maravillosa, además tener la oportunidad de ver la isla de Sicilia de otra manera es invaluable, los libros, la televisión no le hacen justicia a su belleza. Es simplemente... surreal.

Estoy segura que esto es algo que siempre guardare en mi memoria y estoy segura que esta será la primera de mis muchas aventuras.

Seguimos cayendo hasta que llega el momento de abrir el paracaídas, en ese momento disfruto de la calma de ver la maravillosa vista que está a mi alrededor hasta que aterrizo de nalgas en el pasto del lugar donde caemos.

Veo la camioneta de mi abuelo dirigiéndose al lugar. Mi abuela sale dispara de la camioneta y me dan un fuerte abrazo, mi abuelo se me nos une al poco tiempo.

—El susto que me has dado, cara sentí que se me paraba el corazón— sonrió por lo que dice mi abuela.

—Quiero volver a hacerlo—digo haciendo que mis abuelos me miren sorprendidos—Pero en otro momento—

—Por ahora no pensemos en eso—dice mi abuelo—Mejor vamos a la casa tu abuela preparo las galletas que tanto te gustan—



Shane

—Podemos ir a un lugar más privado, amor—dice la chica que está en mis piernas pero solo niego con la cabeza enojado, ni siquiera entiendo porque se sentó en mi regazo ¿acaso mi silencio no fue suficiente respuesta de que no quería a nadie cerca?

—No estoy interesado—digo levantándome de mi asiento, salgo de la zona vip del club y voy directamente a la barra para pedir otra bebida.

Esto ha sido mí día a día desde que me entere de la muerte de Kane, me siento mal, tengo un dolor muy profundo que solo se alivia cuando me dejo llevar por el alcohol. He descubierto que mientras más bebo más olvido las cosas, pero eso me ha traído problemas como dejar a un lado mi lugar en la empresa y solo enfocarme en mi nuevo vicio.

Los Amores de OliviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora