𝖎𝖎𝖎. you frustrate me incredibly

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El arte de la guerra, [6] amigos.

Había perdido la cuenta de todas las veces en las que me había empujado ──── intencionalmente ──── metido en cada oportunidad que tuvo, una escoba a mis pies para tropezarme ó dejaba la peor parte de el trabajo, y cada una de esas veces, había guardado silencio, no respondí ante ninguna de sus cínicas sonrisas, ni le di discutí cuando se carcajeaba de mis muecas o rostros enfurruñados.

Y es que, la planificación, proyección, información y estrategia no debían ser tomados a la ligera.

Me he preguntado muchas veces si el arte de la guerra no es, en realidad, un instinto humano y sí, ya se que suena muy aterrador reducir nuestra naturaleza a la guerra, pero, planificación, proyección, información y estrategia era lo que había aprendido a hacer sola y si ningún tipo de aprendizaje en la iniciativa, había sido obligadas a conocer a mi oponente tratando de reducir los daños colaterales.

O de nuevo, yo era muy fría.

Una de las cosas de las que más me arrepentía, era de no haber luchado, Enith Bali era dura, de esos espíritus irrompible. Ella es la razón por la que fallaría mi teoría, Enith se mantenía de pie por su propio espíritu, nunca cedía y lograba formar sonrisas, aprendía a amar el entorno que la rodeaba y aunque yo la amaba a ella, jamás pude luchar contra ellos, no hasta que me rompí.

Jesús, ella estaba siendo torturada cuando yo exploté todo a la mismísima mierda, aún así estaba de pie lista para huir y seguir luchando.

Enith es mi teoría de porqué creo en la esperanza.

Esa era una de las muchas otras cosas que quería preguntarle a Enith y jamás tendrían oportunidad de hacerlo.

Pero volviendo al Diablo, ──── del cual, muy a mi pesar, estaba segura de que éramos mucho más parecidos de lo que jamás admitiría  y es que, Isaac Harris, no brillaba, el llamaba su atención por la oscuridad ──── estaba lista para atacar.

Había pedido a mis padres limpiar el ático, normalmente la mayoría de aquellos suministros no eran utilizados, había polvo y cajas con accesorios navideños, totalmente irrelevante pero útiles cuando noté que Isaac Harris odiaba el polvo y no hacer su trabajo eficazmente.

Así que, después de muy silenciosamente subir y juntar toda la cantidad absurda de polvo que pude reunir, sabía que Isaac desde abajo ya había hecho su parte en aquel pasillo debajo de mí.

Dejé caer un montón de polvo sobre el piso y la siguiente vez que vino, se devolvió buscando la escoba con las que muchas veces me había empujado ¡Bingo!

Cuando había acabado con todo el polvo, y se disponía a dejar el instrumento en su lugar, abrí nuevamente la puerta corrediza y dejé caer otra buena cantidad de basura a sus pies.

Ya sabía que este no era el mejor de los planes, estaba siendo incluso un poco inmadura pero nada de esta contienda tenía sentido y yo solo quería sacarlo de sus casillas como el me lo había hecho a mí.

Lamentablemente, la diversión llegó a su fin, Isaac se había obstinado y aunque fue tremendamente divertido, vino a asomarse a mi escondite y aún cuando estaba en la oscuridad, sus ojos se abrieron ligeramente antes de fruncirse con rabia y yo finalmente tuve oportunidad de sonreír victoriosa en toda esa horrible semana de trabajo ¡En tu cara, insufrible!

──── Oye ──── se quejó, controlando las emociones en su rostro ──── No voy a limpiar tu mierda.

Mi sonrisa no cabía en mi rostro ──── ¿No te gusten que te presionen de vuelta, Harrison?

Sí, si yo era Mare, el sería  Harrison, porqué se sentía totalmente impropio llamarlo por su nombre.

──── Lo lamento, Mary ──── se burló, usando aquel molesto diminutivo ──── Pero tú empezaste esto, no yo.

Fin de la diversión ──── ¿Perdona? Tú empezaste esto, no yo ──── le rebatí acercándome a la puerta.

La arrogancia que emanaba de él era latente ──── Se que esta es otra de tus desesperadas formas de llamar mi atención pero se está volviendo cansado.

Auch, con que eso era el ego americano.

Pero yo había estudiado a mi enemigo, y en vez de expresar mi ofensa, sonreí aún más ──── Harrison, los dos sabemos que tú eres el que estás desesperado por mi atención ──── Isaac frunció el ceño confundido ──── Oh, vamos, ¿Crees que no e di cuenta de que todos esos empujones y trabajo extra no era para llamar mi atención? Te la estoy devolviendo.

Bien, la siguiente vez que me burlara del diablo, sería mejor que recordara que yo podía ser más inteligente, no más fuerte y cuando Isaac rápidamente terminó de cruzar la puerta y acercarse hasta a mi, yo ya sabía estaba jodida.

No había importado todas las veces en las que me había acorralado, Isaac Harris era capaz de tomar todo el aire y guardárselo mientras se cernía sobre ti como una nube negra, y antes de darte cuenta, no había escapatoria.

Solo que, ahora si parecía una pesadilla porque a penas estábamos iluminados por la tenue luz que se filtraba por la puerta.

Tragué, visiblemente nerviosa, guardando silencio, la fría y cruel sonrisa del diablo apareció cuando hice eso ──── ¿Las niñas piensan que todo es como sus juegos de muñecas y flores?

──── Yo no soy una niña ──── le rebatí, levantando mi barbilla ──── ¿Tú eres un perro? Sigues atrapando la mierda que te lanzó.

──── No voy a discutir con una estúpida niña, no me presiones o te voy a presionar de vuelta y desearás volver con tus flores, frozen.

Más inteligente, no más fuerte, debí repetirme pero no lo hice, en su lugar, volví a soltar otro pisotón contra esas horribles botas timberland y lo empujé sobre mí.

──── Vaya, Harrison, te estás volviendo predecible. ¿Eso es todo lo que tienes?

Pero contra todo pronóstico, Isaac se rió, realmente se rió y es que yo olvidé que más sabe el Diablo por viejo que por Diablo ──── Vuelve a tu lugar seguro, tus amenazas son tan infantiles como las de un bebé, vuelve a tus estúpidas flores, tus chicos escuálidos y todas las mentiras en las que te gusta vivir ¿Quieres saber cómo suena una amenaza de verdad, Marigold? ──── ante la posible palidez en mi rostro, Isaac sonrió de lado y fue tan escalofriante que pasé totalmente por alto que por primera vez dijo mi nombre ──── Inclínate y vuelve a ese reino de mentiras que has creado y aléjate de mí, o le voy a enseñar a todos lo falsa que eres. ¿Crees que eres la única que se vuelve predecible?

Había funcionado, sólo que Isaac Harris no sabía cómo reaccionaba sobre el pánico, y aunque la fuente dentro de mi quería explotarlo y sacar la mierda fuera de él, mi miedo se apoderó de mí ──── ¿Yo soy falsa? ¿Que hay sobre ti? Ya fuiste descubierto y tuviste que venir al exilio en el medio de la mismísima nada para poder ocultarte. Destrúyeme y no voy a tener nada que me detenga para arruinarte a ti también.

La cara de Isaac se contorsionó y supe que se lo había devuelto, justo en el clavo que me iba a crucificar, pero cuando me tomó del brazo y me jaló hacia él, finalmente me rompí y antes de poder alejarme, volvió a acercarme más a él ──── No vuelvas a... ──── se detuvo pero no aflojó su brazo, en su lugar, su otra mano fue a mi mentón acercándome ──── Tú, me frustras increíble, niña anémica, no se como lo haces pero no vas a ganar ──── El sentimiento es mutuo, me alejé mirándole com repulsión, aunque el siguió mirándome con sus ojos brillantes y letales  ──── Ultima advertencia, Mary, no me presiones.

Mierda, sí.

¿Qué había hecho? ¿Insultar a alguien a través de su punto débil? Definitivamente Isaac Harris sacaba lo peor de mí, y aunque me sentía culpable, como dijo Julio Cesar una vez: "Si vis pacem, para bellum" o bien "Si quieres la paz, prepara la guerra"


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