Capítulo Veintiuno.

Start from the beginning
                                    

Suspiré, porque en ese momento la única que sabía la verdad era yo y no iban a llegar muy lejos si alguien no le contaba a Thomas lo que estaba sucediendo.

—¿Y qué pensabas hacer? ¿Fingir un aborto?

—No... bueno... pensaba decir que lo había perdido y que por eso no podía tener hijos.

No podía creer lo fría que era mi hermana, lo poco que le importaba que había un ser humano en juego y que era su futuro marido. Su mente estaba a otro nivel de mí, era más rápida y mucho más cruel. Me miró desesperada, con los ojos llenos de lágrimas y demostrando su papel de víctima que tanto amaba hacer. Yo no tenía ganas de seguir soportando sus manipulaciones. Eso tenía que terminar. Lisa había perdido, finalmente.

—No puedo mentirle a mi mejor amigo, a mi familia y a todos. Lo siento, Lisa. Esto tiene que terminar.

—¡No, por favor, Ally! —exclamó horrorizada mientras se dejaba caer al suelo bien dramática y me trataba de abrazar la pierna, como si estuviera rogando que no le contara a todos que tipo de persona era—. No puedes hacerme esto, por favor. Vas a arruinar todo el casamiento y todo lo que han pagado. ¡Por favor!

—No voy a formar parte de tus locuras, lo siento, Lisa. Esto no es un juego.

—¡Iba a dejarme! —gritó de la nada y me paralice al escucharla—. Me iba a dejar por ti y no sabía qué hacer. Iba a pelear por tí y me dijo que te amaba... me sentí tan mal. Tan poca cosa. Siempre amé a Thomas, siempre estuve enamorada del chico que jugaba con mi hermana y me ignoraba por completo. Creí que podía ser Amy y tu Jo.

—No cites a Mujercitas, Lisa, es muy bajo de tu parte.

—Por favor, por favor, déjame solucionarlo. Por favor. Thomas es lo mejor que me ha pasado, todo lo que he querido en mi vida y no quiero perderlo —me rogaba llorando y gritando como una niña que le estaba enviando sus juguetes a donar. Eso era Lisa en ese mundo, una mujer adulta que seguía obsesionada con su juguete favorito y yo era la madre mala que se lo enviaba lejos de sus manos de nena malcriada.

La puerta se abrió y nos quedamos congeladas, aunque luego vimos que se trataba de Nick que entraba con una bandeja de comida. Lisa se puso de pie al instante y se acomodó el vestidito perfecto que tenía, esperando que Nick no se diera cuenta del aspecto horrible que tenía. Yo no quería seguir fingiendo que todo estaba tan bien, pero en Lisa había una mirada extraña. Como si se le hubiera iluminado el rostro al ver a Nick, como si fuera su solución.

—¿O quieres que le diga a todos que Nick es un striper?




—¿Estás bien?

La voz de Nick me distrajo por unos minutos y levanté la mirada para observarlo, ya que había pasado un largo rato mirando el jugo de naranja que traía la bandeja de desayuno. Estábamos sentados en mi cama, finalmente Lisa se había ido, y nos habíamos sentado para desayunar lo que había traído Nick. Sin embargo, no tenía apetito para nada y en ese momento nada podía caerme bien.

—Sí... gracias por el desayuno —le dije sincera porque él se había comportado muy dulce conmigo y yo había sido una perra—. Gracias por cuidarme y todo esto que has hecho por mí ayer y hoy...

—No te preocupes, Ally —soltó con tranquilidad mientras masticaba una tostada, porque si algo tenía Nick siempre era apetito. Yo tomé un sorbo del jugo, tratando de no ser descortés con él, pero en mi estómago todo bailaba a mi alrededor—. Pero... me parece que es mejor que me digas que ha pasado. Para que Lisa quiera exponerte conmigo... entiendo que algo fuerte. ¿Engañó a Thomas?

—Ojalá fuera eso. No me sentiría tan mal...

A pesar de todo, de los pedidos de Lisa, se lo conté porque sentía que necesitaba explotarlo de algún modo. Nick me escuchó atento y no hizo ningún tipo de comentario, simplemente asintiendo como si entendiera mi dolor y mi angustia. Me gustaba que fuera comprensivo de un modo que yo no entendía, comprendiendo que era un chico empatico en todo sentido. No tenía prejuicios, no juzgaba a nadie y simplemente vivía el presente. A veces creía que Nick era lo que necesitaba y en ese momento lo tenía muy pendiente.

—Gracias por estar aquí para mí... realmente no podría haberlo hecho sin ti —le dije sincera, con algo de timidez por soltar esa gran verdad. Si hubiera sido otra persona, seguramente me estaría cobrando por cualquier cosa. Por ocultar su identidad, por sexo, por bailar con él, por todo. Sin embargo estaba ahí sufriendo conmigo mis problemas familiares y amorosos.

—No tenía nada que hacer esta semana —aclaró encogiéndose de hombros y haciéndome reír por su bromita—. ¿Qué harás? ¿Se lo dirás a Thomas? Por más que yo sea un stripper... sigue siendo más fuerte que tu hermana está fingiendo un embarazo que ahora todos saben.

—Lo sé. No sé qué hacer.

—Podrías tener sexo conmigo —sugirió burlón como siempre.

—Podría.

La sorpresa apareció en su rostro cuando dije aquello y levantó una de sus cejas al comprender que estaba hablando en serio. Tomé los bordes de la bandeja y la dejé en el suelo, para que no hiciera un desastre. Nick siguió mostrándose sorprendido con la tostada en la mano, yo se la quité de sus manos y la lancé lejos.

—Estaba comiendo, Allison...

—No me interesa, Nicholas.

Dicho eso, me las ingenié para acercarme hacia él y sentarme en su regazo, con las rodillas a cada lado de su cuerpo. Nick seguía luciendo sorprendido mientras tragaba con rapidez lo que estaba comiendo. Sus manos me envolvieron y me pegaron a él, cosa que agradecí porque en ese momento lo necesitaba.

—No quiero pensar en nada por un buen tiempo y quiero dejar de negar lo que me hace bien.

—¿Qué te hace bien, Allison?

—Tú me haces bien, Nick, y estoy cansada de fingir que no.

Quiero robarme al novio [Terminada]Where stories live. Discover now