PRÓLOGO
El ruido era algo de lo que la pequeña Beryl se encontraba acostumbrada; su padre es un músico frustrado de rock y su madre es percusionista, por lo que nunca había un momento del día en el cual la casa Clifford se encontrará en silenció, y esa mañana no fue la excepción.
Con algo de trabajo, Beryl cepillo su enmarañado cabello rubio, mientras observa su reflejo en el espejo que cuenta con cientos de stickers que su padre hace mucho tiempo le regalo. Sorbio los mocos de su nariz mientras las lágrimas aun caían por su rostro y una vez arreglado su cabello, acomodo un poco su blusa.
La puerta de su habitación se cerro provocando que diera un brinco y soltó un suspiró cansada.
Se dejo caer en su pequeño banco mientras jugaba con el mango de su cepillo, haciendo un par de muecas, mientras pensaba que es lo que sucedería ese sábado y es que no era un sábado cualquiera. Ese día, 5 de junio de 1971, Beryl se encontraba cumpliendo sus once años y estaba segura de que sus padres no lo recordaban.
Nunca lo recordaban.
Ellos realmente nunca le prestaban atención, puesto a que diferencia de ellos, Beryl no había salido con un dote artístico; sí, sí, canta muy lindo, pero por más que su padre le enseñará a tocar la guitarra su dedos permanecían tiesos, y aunque su madre le hubiese dado su vieja batería, solo era capaz de producir un espantoso ruido.
Beryl no era muy hábil con los instrumentos, pero realmente disfrutaba leer todos los libros que su abuela le regalaba, así como dibujar en los periódicos que su padre dejaba sin terminar de leer.
Para el matrimonio Clifford, Beryl no era más que la oveja negra de la familia.
—¡Beryl! ¡Se enfriará el tocino!
Rápidamente termino de limpiar sus lágrimas y parandose de un brinco bajo corriendo las escaleras.
En la sala, se encontraban tres hombres viendo el televisor, mientras bebían cerveza y observaban la repetición del partido anterior. Beryl comprobó el reloj solo para ver que marcaba las nueve con quince de la mañana.
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OUTSIDER (r. lupin)
FanfictionDesde pequeña, a Beryl Clifford le había quedado muy en claro que no pertenecía en ningún lugar; en la escuela era molestada por ser relativamente más pequeña que las demás niñas, sus padres la trataban como su sirvienta y cosas extrañas pasaban sie...