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Harry

- Niall, está decidido, voy a instalarme una aplicación de estas en las que conoces gente. No puedo seguir enamorado de una persona que me ignora.-

Caminábamos por los pasillos, chocando con cuerpos, almas en pena, mentes perdidas...

Había decidido que iba a dejar atrás a Louis. Al principio me dije, "Harry, cariño, ¿En serio crees que vas a ser capaz?", pero tengo que serlo, no puedo estar encadenado a un sueño, a uno que no se va a cumplir. 

- Pero a ver Harry-  dijo Niall impidiendo que avanzara, tapando con la palma de sus manos sus claros ojos azules.- ¿No crees que en vez de conocer gente que puede ser peligrosa y secuestrarte, es mejor que disfrutes pasando tiempo con tu precioso amigo rubio y con tu otro precioso amigo moreno y que cuando se presente el amor de tu vida, ya te lances?-  desvió las manos de sus ojos y las colocó en su cadera.

-No- contesté agarrando las correas de mi mochila y esquivando a mi amigo.

-Vale.- contestó totalmente desesperado- me voy con Zayn, él por lo menos no está desesperado buscando al amor de su vida.

-Porque ya lo ha encontrado.

-Ya, lo sé. Y lo mejor que hice fue encontrarlo también en él.- Sonrió sonrojado.

Zayn y Niall se conocieron dos años antes de que yo los conociera. Niall me ha contado su historia como mínimo mil veces, pero debo admitir que siempre escucho cada una de esas mil veces solo por ver su cara sonrojada y la gran sonrisa de Zayn:

Niall iba andando por el patio cuando un balón impactó en su cara. Se desmayó y despertó tirado en el mismo lugar rodeado de muchos chicos y muchas chicas que habían estado jugando con aquel balón. Uno de los chicos se ofreció a llevarle a la enfermería, el que le dio el balonazo sin querer, Zayn.

Se preocupó tanto por Niall y pidió perdón tantas veces, que el rubio cayó por él. Literalmente.

Y aunque Zayn estuvo confundido durante un mes más o menos, porque nadie le había robado el corazón como lo había hecho mi amigo, admitió estar completamente enamorado de Niall y se hicieron novios.

En fin, cosa número tres mil cuatrocientos setenta y siete que no me pasará.

Caminé hacia mi taquilla, me tocaba física y con el capitán de fútbol. 

Niall tenía razón, pero yo creía que Louis era el amor de mi vida y varias veces había intentando entablar una conversación con él, poder ver que las palabras que salían de su boca, iban hacia mí, su voz, su mirada.

Pero estaba harto, y no quería que la pena volviera. Ya no.

Louis

-¡Bienvenido, Payne!- dijo el entrenador.

Liam James Payne, el nuevo alumno y fichaje del entrenador.

Acababa de llegar y todos mis compañeros chocaban sus puños con él. Yo me quedé sentado. 

No quería conocer a nadie más, quería irme, irme lejos.

El banquillo se sentía frío, aunque más frío que mi corazón no se sintió nada que no estuviera a mi alcance. 

Lo tenía todo y a la vez no tenía nada. Lo único que me hacía sentir vivo era la sensación de la nicotina corriendo por mis venas y la sensación de tener el cigarrillo entre mis labios agrietados.

Tan, pero tan triste. 

Volví a la realidad cuando la colonia de Hugo Boss se coló por mis fosas nasales. Estaba sentado a mi lado. 

Over AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora