Los cuerpos de algunos adultos se encontraban en el suelo y el olor a sangre era evidente.

Craig salió de su trance al ver tal escena. Respiró profundo apretando la mano que sostenía la del blondo.

Se alejaron lo más rápido que pudieron para buscar alguna señal de Damien.

—¡Ayuda, ayuda por favor! —una niña estaba gritando. 

—¡Kenny! ¡¿No podemos hacer nada por ella?! —Craig se angustió.

—Lo siento, realmente me gustaría poder ayudarlos a todos pero es imposible. Ustedes son mi prioridad, cuando terminemos con ellos podremos tratar de salvar a los que podamos. —contesto con una sonrisa amarga.

Tweek se le veía afligido. A pesar de su actitud neutra su rostro reflejaba la inquietud de lo que estaba sucediendo.

Junto a Kenny al frente de ellos se detuvo en un sitio que se encontraba bastante silencioso.

La hora del reloj señalaba ya las tres de la mañana.

Entonces una figura apareció al frente de ellos.

No se trataba de Damien, era una chica pelirroja con un atuendo muy similar a los demonios góticos que tanto conocían.

—Viniste. Tweek, ha pasado mucho tiempo. —sonrió. 

—Ugh, no. Eres tú. —contestó el mencionado.

—No me esperaba esa bienvenida. Pero bueno, has cambiado mucho. Pensé que éramos amigos.

—Hubiera preferido que Damien estuviera aquí que tú. —escupió con desprecio.

—No seas así. Sabes que estuve contigo cuando nadie más lo estuvo. Quiero que seamos como en los viejos tiempos.

—¡Ni hablar!

Craig quería intervenir pero sabía que se tenía que mantener a raya.

—No solo eres un malagradecido si no un grosero. Te pude haber dado como comida a los demonios que tanto ansiaban tener a una anomalía como tú. Sabes bien que no cambiaras jamás lo que eres, un maldito bastardo que no pertenecerá a ningún lado.

—¡Cierra la boca! —gritó Craig.

La fémina le observó con un gesto de superioridad.

—¿Y tú quién eres? Ah. Debes ser un creyente, claro. Con un medio demonio, que ironía. 

—¡No me importa si fuiste amiga de Tweek antes! ¡Pero no permitiré que le insultes en mi cara! ¡Él no es nada de lo que dijiste! ¡Tiene más agallas que tú! ¡Es mucho mejor que millones de ustedes!

Kenny se sorprendió por sus palabras. Podía ver como hasta temblaba de la impotencia.

—Digas lo que digas ustedes son unos débiles y patéticos. Les di una oportunidad. Ahora disfrutaré de sus gritos de dolor.

Aparecieron los demonios de ropaje oscuro. Únicamente el de baja estatura y uno que tenía el cabello rizado.

Lanzaron a atacar pero Kenny los protegió.

—¡Salgan de aquí! 

Hicieron caso a sus palabras. Tweek intentaba proteger a Craig ya que pronto varios demonios fueron tras ellos.

—¡No lo hagas! —gritó Craig.

—¡No me importa si me lastiman, luego podré recuperarme! 

Corrieron tan rápido que el azabache sentía las piernas arder. No lograba encontrar a Wendy o a Clyde por algún lado.

Se encontraron en un sitio de poca iluminación. Se detuvieron sin saber a dónde irse.

Tweek dio un quejido.

—¡¿Estás herido?! —vio cómo se tocó el brazo.

—Solo es un rasguño.

El sonido de alguien llamándolos les asustó.

—Por aquí. —dijo una voz de un chico que estaba asomado tras una puerta. Craig no se acercó. —Enserio chicos, si quieren sobrevivir no lo piensen tanto.

Voltearon al notar como unos ruidos se aproximaban. Entraron.

El lugar estaba completamente oscuro. Cuando cesó prendió una vela mostrando a un chico de cabello negro y rojo.

—¿Qué hay?

—¿Pete? —Tweek lo reconoció. 

—Antes de que duden de mí pueden revisarme. Ya no pertenezco a su grupo. —levantó las manos. —Tampoco tengo algo oculto para darles una señal si es lo que piensan.

Craig buscó ver a Tweek en busca de un gesto de aprobación.

—Recuerdo que no estabas muy de acuerdo con las cosas que se hacían. —dijo el blondo.

—Sí. Realmente no lo estaba, solamente me obligaron a entrar porque mi familia quería prestigio. 

—¿Por qué nos ayudas? —preguntó Craig.

—Tweek fue uno de los pocos que me defendía. La verdad me sentí muy mal cuando ya no estaba con nosotros, después Red se fue y apareció Henrietta.

—¿Y dónde están los demás? 

—Nuestra líder no le gusta pelear, dice que es aburrido. Por eso hace más el papel de realizar los planes y guiarnos. Tal vez ya esté muerta, ya que hay demonios que están queriendo llevarse a Tweek también. Había otro chico que estuvo con nosotros un tiempo pero también se retiró. Se llamaba Stan. Aunque no era un demonio, nunca se dio cuenta que lo éramos. Menos mal lo hizo.

—Pero... Red está aquí. —se sentó. Pete buscó atender su herida.

—No me extraña. Las noticias corren aquí como pólvora. 

Se quedaron callados.

—¿Entonces qué piensan hacer? —dijo Pete al terminar.

—Además de sobrevivir queremos ayudar a los que podamos. —comentó Tweek. 

—Están dementes. Son demasiados, necesitaríamos a alguien muy fuerte.

Pete suspiró para recostarse de una pared.

—Puedo apoyarlos, no soy muy fuerte. Pero conozco bien este lugar. 

—Eso sería de mucha ayuda. Gracias. —sonrió Craig.

Tomó unas cosas y les hizo un gesto para salir. 

Las palabras de Kenny tenían razón. La luna se veía hermosa esa noche.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Holoo. Estaré escondida en mi cueva escribiendo los últimos capítulos.

No los quiero hacer muy extensos porque vayaa. Al principio de la historia la trama estaba demasiada densa. Bueno, en realidad la trama en general es algo complicada AJJAJA.

Solo les puedo decir que hace años que tengo las idea principales en una libreta y se siente muy bien irlas tachando. Queda muy poco.

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora