DREAM | twilight

||||||18. Labios adictivos

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18. Labios adictivos.

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—Me llevarás, ¿sí o no?—pregunté desde el marco de la puerta del garage, observando cómo Emmett no se movía ni un centímetro del asiento de copiloto.

—Ya te dije, tú manejarás.

—Y yo ya te dije que eso no pasará.

—Vamos—extendió una de sus manos, con la cual sostenía las llaves—No soy Edward, te prometo que no me molestaré si rayas mi camioneta.

Entrecerré los ojos, antes de acomodar mejor sobre mi hombro mi mochila.—De acuerdo, tú ganas.—abrí la puerta del piloto—Agarra mi bolso.—dije, prácticamente aventándolo hacia su dirección. Tomé las llaves que me ofrecía y encendí el coche.—Estás advertido Emmett, no me sentiré mal si tu coche termina con una abolladura.

El vampiro levantó los hombros desinteresadamente.

—Andromeda.—llamó.

—Mmmh.—respondí, sin separar la mirada del espejo retrovisor que me encontraba acomodando para una mejor visión. No fue, hasta que sentí las manos frías del vampiro sobre mi rostro, que mi atención fue puesta completamente en él. Acomodó un mechón rebelde que se había escapado de mi coleta.

Observé su rostro a pocos centímetros del mío. Se veía tan concentrado, causando que una ola de ternura se instalara en mi pecho. —Emm llegaré tard...—los delgados y fríos  labios del vampiro, impidieron que pudiera terminar la oración; moviéndose suavemente sobre los míos.
Mis manos se movieron automáticamente hacia su cuello, acariciando la pálida y tersa piel que la camisa que llevaba puesta no le cubría.
Se separó unos centímetros, cuando notó que mis pulmones necesitaban oxígeno. Pero se acercó de nuevo, esta vez, dejando solo dos castos besos sobre mi labio inferior.—No podré despedirme de ti como me gustaría una vez que estemos ahí.—mi corazón rebozó de ternura con sus palabras—Vamos, se te hará tarde para tu entrenamiento.—sonrió.

Una mueca se formó en mi rostro—¿Cómo esperas que conduzca ahora? Creo que ni siquiera puedo mover las manos.—dramaticé un poco, -aunque sin estar mintiendo en lo absoluto-

La risa escandalosa de Emmett inundó su camioneta. Mientras encendía el coche, sentí la mano del inmortal sobre mi pierna.

—Eh no, loco. Quita esa mano de ahí, sino, realmente nos estrellaremos.—tomé su fría mano y la regresé a su lado del asiento, ganándome una mueca ofendida de su parte, la cual ignoré. Encendiendo y poniendo en marcha el automóvil, comenzando el trayecto hacia el centro de Forks.

(...)

—Vendré por ti a las 7. Llámame si sales antes.—habló mientras ambos bajábamos del coche, yo para entrar al edificio y Emmett para tomar el volante.

—Claro papá Emmett.—bromeé.

Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro—No sabía que te gustaban esas formas, Andromeda Moretti.—respondió con una sonrisa pícara, haciéndome girar los ojos divertida. —Así me amas.—habló de nuevo.

—Así te amo.—respondí divertida, poniéndome lo más que pude de puntillas, para dejar un rápido beso sobre su mejilla.—Te veré al rato, no me extrañes demasiado.

—Imposible.—lo vi guiñándome el ojo, antes de comenzar mi camino hacia la entrada del edificio.

(...)