―Ojalá te caiga mal, ayúdame a meter esto en el horno.

Entre las dos metemos el pastel en el horno, le coloco la temperatura adecuada y vamos a almorzar. Stella se va a su habitación y yo me pongo a ver Netflix, veo cinco capítulos de la serie que estoy siguiendo y percibo un olor a quemado «¡El pastel!» Bajo corriendo las escaleras para apagar la cocina, abro el horno y sale humo de éste, saco el pastel que está todo negro No puede ser, al parecer Stella percibe el olor a quemado y baja las escaleras encontrandose con el pastel quemado.

―¿Qué pasó, Fiorella? ―pregunta.

―Vino un señor y pintó de negro el pastel, no sé por qué ―digo con sarcasmo― Pues obvio que se quemó, genia.

―Si, pero, ¿Tú no estabas pendiente? ―enarca una ceja.

―Estaba viendo unos capítulos de mi serie y se me pasó el tiempo ―digo― Pero tranquila iré a comprar un pastel.

Ella afirma con la cabeza y yo voy a cambiarme para salir a comprarlo, bajo las escaleras y empiezo a caminar por las calles hasta llegar a mi pastelería favorita, paso por el parque multifuncional y veo a varios niños jugando y adultos haciendo ejercicio, es un bonito parque la verdad, tiene varias tiendas y hasta una farmacia. A medida que voy caminando veo a Jake «El imbécil que untó mi cara con crema de chocolate» Está conversando con una chica morena de cabello negro, con un buen cuerpo, es linda honestamente. Empiezo a idear mi plan rápidamente, entro a la farmacia que me queda cerca y compro pastillas al azar. Voy directamente hacia donde está Jake y la pelinegra.

―Disculpa, chica ―le digo a la pelinegra y Jake pone su atención en mi― Hola, hermano, ya tengo tus medicinas ―digo mientras él frunce el ceño― Éstas son para tus hemorroides ―le doy pastillas que él recibe por inercia sin entender nada― Éstas para tu infección ahí abajo, éstas para tu problema estomacal y éstas para tratar la eyaculación precoz ―Jake está rojo no sé si de la vergüenza o de la rabia― Bueno ahora iré a buscar el remedio que necesitas para tus gases en exceso y recuerda que mañana tienes cita con el andrólogo por lo del frenillo corto, nos vemos ―le doy un pequeño beso en la mejilla y observo a la chica que estaba con ella― Chao, linda.

Camino rápidamente hacia cualquier lugar lejos de ahí y me escondo detrás de un árbol, miro hacia donde está Jake y veo como al parecer está discutiendo con la chica, Jake abre los brazos, la chica le da una cachetada y se va dejándolo ahí, él se pasa las manos por su cabello negro «Me gusta su cabello» Y cómo si le dijeran alza su mirada viendo fijamente a mi posición Tengo que dejar de esconderme detrás de un árbol Jake camina directamente hacia mí y yo hago lo que una persona inteligente haría, comienzo a correr. No veo hacia atrás solo corro hasta cansarme y cuando me detengo noto que Jake ha dejado de seguirme o nunca me siguió, no lo sé.

Sigo caminando pensando en varias cosas hasta que de dar tantas vueltas termino en el frente de mi casa y recuerdo que nunca compré el pastel, mi hermana se molestara de seguro. Entro a mi casa y cuando llego a la cocina por un poco de agua, observo como mi mamá mira el pastel quemado y alza su mirada hacia mi y temo por lo que se viene.

―¿Es que no puedes hacer nada bien? ―ya empezamos.

―Me distraje un momento, Christine.

―¿Así como has distraído tu vida estos veintes años? ―pregunta enojandose cada vez más― ¿Ya decidiste ser una chica madura y estudiar para ayudarnos con la empresa? ¿Ya decidiste hacer grande el nombre de la familia o seguirás siendo una inservible buena para nada? ―dice mirándome fijamente.

―Me distraje un momento y se quemó ―me defiendo.

―¿Así como te has distraído veinte años de tu vida? ―me dolió.

La chica de la cafetería.Where stories live. Discover now