Capítulo 1: Hasta pronto mi vieja amiga

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En esta ciudad no sale el sol, las nubes que se forman por el humo de las fábricas y las plantas generadoras de energía bloquean cualquier ápice de luz que pueda llegar a este jodido lugar, apesta, la basura y su gente, todos forman parte del mismo panorama triste y gris, entre esas personas una niña sentada, mira hacia ese cielo apagado, divaga y en sus pensamientos empieza a monologar.

*Cuando estás pensando en nada, el tiempo pasa más lento, puedes ver cosas que de otro modo pasan desapercibidas, como un señor se acomoda sus gafas, una mujer que camina por la calle con tacones de aguja que se tropieza haciendo una ligera pirueta, pero lo hace con una elegancia y sutileza que pareciese ensayado, incluso puedes ver como en las vacías carreteras los autos que cruzan a toda velocidad infringiendo las normas de tránsito establecidas, pareciera que van a la ilegal velocidad de ochenta kilómetros por hora, al menos creo que a esa velocidad cruzan enfrente de mí, pero, ¿Qué puede saber una adolescente de unos diez y tantos años que está sentada en una sucia banqueta, observando la nada en medio del centro de la ciudad?*.

*Dedico mis horas del día a pensar en la nada, aunque cuando piensas mucho en nada, otros pensamientos vienen a perturbar tu inocente, estúpida y haragana paz, cuestionamientos sobre qué haces con tu vida, preguntas frecuentes como, ¿para qué estoy viva?, ¿por qué sigo aquí?, ¿Qué se sentirá morir?, ese tipo de preguntas que no te dejan pensar en nada, ver las nubes con tranquilidad y estar en paz con todo ser vivo sobre la faz de la tierra, malditos problemas mentales y emocionales, deberían aprender algo de los cigarrillos, en cuanto los enciendes, parpadeas dos veces y ya son solo ceniza, así como la ceniza desaparece en el viento y en el suelo quisiera que este repudio que siento hacia mí misma desapareciera.*

*Ver este cielo gris en el que se forman nubes con figuras a veces chistosas, otras aterradoras, aunque por lo general hay muchas a las cuales simplemente no logro encontrarles forma , las pocas distracciones que tengo en mi vida, ahora que lo pienso ¿de qué se trata mi vida?, lo cuestiono mientras saco un cigarrillo del bolsillo, uno arrugado, sucio y deteriorado, pero es el único que me queda, lo encontré tirado hace unos días en el suelo, este pequeño tuvo suerte de encontrarme, encontrar a una persona lo suficientemente devastada como para fumarlo, lo enciendo con mi viejo y oxidado mechero, un regalo de los que como yo viven de lo que les da la calle, aunque a mí lo que me da la mayoría del tiempo es desprecio o simplemente desconocimiento, es como si el espacio que abarca mi cuerpo y mi guitarra fueran invisibles, el cigarro enciende y recuerdo el cuestionamiento que me hice hace unos segundos.*

 *¿De qué trata mi vida?, de despertar en una sucia pocilga, en la esquina de una calle o bien en la mugrienta camilla de un hospital público al lado de un pandillero con un puñal incrustado en la rodilla ., independientemente de donde amanezca siempre lo hago al lado de esta guitarra, una vieja guitarra roja que me regaló mi padre, me ha acompañado en toda mi vida, es como mi mejor amiga, ambas pasamos lo mejor y lo peor, incluso ahora que soy lo que cualquiera podría llamar una vagabunda, no tengo trabajo, no voy a la escuela, todo lo que hago es fumar, tomar la guitarra, cantar un par de canciones en el centro de la ciudad como hacen muchos otros que se encuentran en mi situación, esperando que alguien se apiade de mí, que me dé algo de dinero, ¿Qué pensara la gente al verme?, una chica de unos diez y tantos años vestida con una sudadera roja, una falda negra y unas gastadas pero resistentes botas de trabajo, también donadas por un transeúnte que al verme con unos tenis que bien podrían haber sido sacados de la basura, decidió regalarme un par de botas de trabajo que no le quedaban y que casualmente llevaba consigo; odio la casualidad, es tan conveniente, ese tipo de situaciones que raramente se dan parecieran sacadas de las novelas de un escritor novato, algún día quisiera que una de esas casualidades me sacara de mi vida, ser atropellada por un camión, que un psicópata asesino o un feminicida me tomara como su presa y me sacara de esto a lo que llamo vida.*

Cuando las fabricas caminanWhere stories live. Discover now