Daozhang

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Advertencia: me siento obligada a remarcar que el XueXiao es un pairing mayormente tóxico y que me gusta escribirlo como romance tóxico, así que si no es el tipo de romance que vienen buscando, pos no sé que tanto les guste esto. Advertidos quedan.

Esta historia existe porque la cuenta de /XueXiaoAgenda en tuiter puso como tema del mes XueXiaoMonsters para octubre y platicando con una amiga comentamos sobre el rapto de Psique y yo quería analizar a los dioses como monstruos también.

***

Si Xiao Xingchen pudiera salvar a Song Lan de todos sus problemas, incluso a costa suya, lo haría.

Había una regla sagrada en el templo: respeta las ofrendas. No ofendas jamás a los dioses. Y cuando un dios marcó a Song Lan como la siguiente ofrenda, los sacerdotes se limitaron a ponerle una venda en los ojos y comunicarle su destino.

Xiao Xingchen se atrevió a desafiarlos.

Él mismo le entregó sus ojos a Song Lan. «Zichen», murmuró al dárselos. Él mismo se puso la venda blanca, cubriendo las cuencas vacías. No gritó de dolor. No se quejó. Su maestra lo había enseñado a soportar el destino, incluso cuando él la desafió y abandonó las montañas para bajar al mundo. Incluso cuando le dijo que allá abajo poblaban los dioses crueles y contrarios. Los dioses del bosque no ofrecían pagos en sangre, aunque a cambio había que cumplir el sagrado deber para con la naturaleza. No eran como los dioses nuevos, que exigían prender el fuego sagrado, que exigían consortes humanos, que exigían sacrificios en sangre. Pero él bajó buscando construir otros templos, otras maneras de adorar.

Nunca esperó que Song Lan hubiera sido señalado como ofrenda.

Nunca esperó que aceptara su destino.

Nunca esperó que lo odiara por ponerse en medio.

***

-¡Ni siquiera eres un sacerdote de este tiempo!

La furia en la voz se siente desde lejos. Otros sacerdotes se apiñan cerca para escuchar la discusión y más tarde comentar, escandalizados, sobre ella, porque no es posible que un desconocido al templo se atreva a ser ofrenda para uno de sus dioses.

-¡No tienes por qué hacer esto! ¡No es tu credo, no es...! ¡Ni siquiera respetas nuestros sacrificios!

-¡Hay otra manera de hacer las cosas!

Es extraño oír a Xiao Xingchen contrariado, pero más que eso, en su voz se adivina una clase extraña de desesperación.

-Tú creías en ella -prosigue, un poco más sereno y sosegado-, ¿lo recuerdas? Cuando viajamos juntos dijiste...

-¡Eso no importa, Xingchen! -espeta la voz furiosa de Song Lan y su rostro, con los ojos de Xiao Xingcheng, se contrae de ira-. ¡Todo eso fue antes del desastre de los Chang! ¡Te metiste en donde no debías! ¡Por qué tenías que ofender al templo de los Jin! -Ya no es pregunta, sino solo un reproche-. ¡Antes de que cayeras en desgracia y tuvieras que refugiarte aquí como paria...! ¡Antes...! -Hay una pausa y la respiración agitada de Song Lan intenta sosegarse, sin lograrlo-. No sé si hay otra forma de hacerlo; pero no creo que la encuentres en el camino que estás tomando. -Hay una pausa en la que ni siquiera Xiao Xingchen se atreve a decir nada-. Si quieres luchar contra los dioses, puedes intentarlo.

»Pero no olvides, Xingchen, jamás, que sólo somos mortales y estamos a merced de los dioses. Nuevos, viejos. No importa. Estamos a su merced. ¿Mataras a los dioses?

Xiao Xingchen traga saliva.

No es eso. Pero quiere acabar con los sacrificios, con el sufrimiento, con los gritos ignorados de las ofrendas. Respeta los ritos, pero le turba que los mortales no sean más que insectos insignificantes para el Reino Celestial.

Daozhang [XueXiao]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα