—¿La vas a seguir?— Preguntó Minhee más libremente hacia Jinsoul

—Sí. Dígale a los niños que vamos a pensarlo en el camino y vamos a volver con la respuesta lista para decirles—

—Entiendo— Entonces volteó para ver a Jungeun que estaba con las demás completando del carrito —Jungeun, anda y vuelve para el recreo de los niños aquí, para que puedas jugar con ellos como les gusta—

—Por supuesto— Asintió dejando de lo último en aquel carrito

—Gracias por tu trabajo— Dijo Siah aplaudiendo al carrito ya listo, Jungeun tomó la parte delantera y probó el peso

—Es lo que hacía siempre, nada que no pudiera hacer— Aseguró moviendo este —Nos vemos cuando vuelva. Vuelvo para jugar con los niños en el patio—

—Saluda a todos de nuestra parte y diles que disfruten el mejor almuerzo de la semana— Hyojung la animó alegre

—Adiós~— Hizo una melodía mientras se iba caminando hasta que salió

Jinsoul fue un poco más atrás de ella, la otra incluso todavía no se daba cuenta, iba muy concentrada en su caminar con el carrito, mirando hacia en frente con una mirada curiosa. Incluso cuando caminaba con normalidad y hasta bastante cerca, aún no miraba hacia atrás

—¡Cuidado!— Jinsoul entró a su escena cuando el carrito iba a tener dificultades para subir un escalón de la calle

Se acercó más a ella, tomando la parte trasera de aquella cosa, entonces la levantó mientras la otra seguía tirando. Al levantarla, la ayuda a dejarla de nuevo en el piso

—¿Qué haces aquí?— Jungeun mostró su confusión por verla y además ayudarla —¿No te ibas a quedar con los niños?—

—No— Respondió y a Jungeun no le importó mucho porque continuó avanzando —¿A dónde vamos?—

—No te incluyas. Yo voy y tú te invitaste sola. Tengo que entregarle almuerzo a los abuelitos del barrio— Detuvo del carro en una parte donde ya se veían aquellas casas de adobe  pequeñas —Pero supongo que las niñas ricas no saben lo que es ir dando comida a viejitos que con suerte se mueven en su casa, ¿No?—

Jungeun miró hacia atrás para ver a Jinsoul y juró perderse en las nubes. La de cabello cobre estaba apoyada en el borde del carrito mientras la veía con unos ojos de perrito, cuando miró a Jungeun dio una sonrisa acompañada de una risa que hizo desaparecer sus ojos

—Claro que no, pero quiero hacerlo— Afirmó sin ninguna ofensa a lo que Jungeun asumió

—Quédate aquí— Dijo Jungeun intentando ignorar la linda imagen que por desgracia no pudo capturar en su cámara

Tomó de una de las bolsas con la mirada de Jinsoul encima, caminó hacia un pequeño local que había en la calle y se detuvo en la puerta a trasera. Tocó de la puerta y esperó alguna respuesta

—¿Qué...?, ¡Jungeun!— La señora que salió de ahí la miró con alegría, sabía que venía con una bolsa con comida guardada y la tomó para luego abrazar a la castaña —No te aparecías hace mucho tiempo, ¿Cómo te va?—

—Bien, muy bien— Devolvió aquel abrazo —Estaba de pasada. Necesito ir a dejar el resto de almuerzo que me mandaron—

—Entiendo. Me alegra que hayas venido, querida— Se despidieron con unas tiernas sonrisas

Aquella señora de edad que trabajaba con su pequeño negocio de dulces, no dejó de mirarla con una sonrisa. Jinsoul cuando pasó en frente junto al carrito, se encontró con su mirada y se sonrieron

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