Mientras nosotras nos carcajeábamos, Eileen por su parte se hallaba enfocada en la pantalla de su celular. Sus ojos estaban fijos y concentrados, sus dedos se movían veloces sobre las teclas, y de vez en cuando su rostro se veía adornado por una gran sonrisa o—en su defecto— por una sutil, pero poco discreta, carcajada.—¿Quién es el afortunado?—cuestionó Sophie cortando nuestras risas, y fijando su atención en Eileen. Esta última, dándose por aludida, alzó la vista y sonrió. 

—No es nadie. Solo un amigo. 

Fue lo que dijo, restándole importancia con un encogimiento de hombros. Entonces continuó  en su tarea de mensajear. Sonreí divertida, con Eileen jamás se es «solo un amigo». Lo sé, eso puede sonar cruel para ser que hablamos de mi mejor amiga, pero vamos, la conocía lo suficientemente bien como para determinar que aquello no era más que la mera verdad. 

—Entonces, supongo que no te molestara que echemos un vistazo. 

Antes de que ella pudiera procesar mis palabras, me estiré hacia adelante para arrebatarle el celular de la mano. Desgraciadamente fue lo necesariamente rápida como para apartarse justo a tiempo, y salirse fuera de mi alcance. Bajé los brazos en rendición. 

—Lo juro. Él es solo un amigo. 

—¿Al menos podemos saber su nombre? 

—Todo a su debido tiempo—sentenció, con una sonrisa de labios sellados. 

Intercambié miradas con el resto de mis amigas, y como si tuviéramos una conexión, no encogimos de hombros a la misma vez. Sophie carraspeó antes de decir: 

—Estaba pensando que podríamos juntarnos esta noche a beber algo, ¿qué opinan? 

—No tengo problema, mientras sea temprano. Mañana hago horas extras en la tienda, y necesito varias horas de sueño—Suspiré tras decir aquello. Estaba por cumplir los dieciocho años sin embargo me sentía como de cuarenta. 

—Hecho. 

—En realidad, yo no puedo—Todas las cabezas se giraron en dirección a Eileen. Esta hizo una mueca—Ya tengo una salida, pero supongo que me puedo sumar a ustedes cualquier otro día de la semana. 

Zoe frunció el ceño ante el comportamiento extraño de Eileen. No importa de qué chico se tratara, ella jamás faltaba a una noche de amigas. Eso bastaba para confirmar mis sospechas, estaba claro que se estaba viendo con alguien, alguien mucho más que «solo un amigo». Y, estaba claro también, que lo estaba ocultando de nosotras, pero ¿por qué?  Esa era la pregunta. 

—Con mis horarios no sé cuándo será la próxima vez—refunfuñó Sophie. Y tenía razón. 

Ya no estábamos en la secundaria. Las cuatro por separado teníamos nuestros propios horarios y responsabilidades, si bien de vez en cuando podíamos darnos el lujo de tomarnos unas horas para divertirnos eso no quería decir que pudiéramos hacerlo todos los días de la semana. Sin embargo, Eileen sabía eso mejor que ninguna de nosotras, ya que ella era la que había sacado a relucir el tema hace un poco tiempo atrás. Pero para aquel momento aquello no parecía importarle. 

—Vamos, chicas. No me miren así—imploró ella—ya me comprometí con alguien, no puedo faltar. Tampoco es como si no pudiéramos juntarnos, nosotras, cualquier otro día. Y de cualquier forma nos vemos siempre en la Universidad, no es tan trágico. 

Suspiré. Quizá sí, estábamos sobre reaccionando. Sophie asintió y levantó su dedo pulgar. Por su lado, Zoe, se dedicó a acabar su comida. Eileen se puso de pie rápidamente anunciando que tenía que hacer una llamada. Antes de recoger su bolso  del suelo se quitó de las prendas cualquier rastro de césped cortado que pudiese haberle quedado impregnado. Nos lanzó una pequeña sonrisa, y murmuró un pobre y vacío «lo siento» 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Mar 28, 2015 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

New YorkWhere stories live. Discover now