GODDESS, james potter.

xli. are we going too fast?

—¿Vienes para ver a James? —Le preguntó su amiga a la diosa.

Aegea tardó unos segundos en responder.

—No, de hecho...

Pero el retrato de la dama gorda se abrió, James salió con el mapa de los merodeadores en sus manos y no dejó terminar de hablar a su novia.

—¡Gea! ¿Qué haces aquí? Estaba viendo con los chicos el mapa para ver donde estaban las tres y poder ir a dar una vuelta juntos.

—Oh, bueno yo solo acompañaba a Lily. Ya me iba de hecho...

—¡Espérame! Los demás ya se fueron a dormir porque ustedes nunca salían y solo yo me quedé despierto. Te acompaño para que hablemos aunque sea un rato.

—Buenas noches, Gea. —Se despidió Lily y luego entró sola a su sala común.

James tomó la mano de su novia, que estaba un poco fría y comenzaron a caminar juntos mientras él le preguntaba a ella sobre su día. Obtenía respuestas cortas por parte de ella, lo cual lo extrañaba, pero la mente de la diosa estaba en otro sitio y no se daba cuenta que estaba siendo un poco desatenta.

—¿Todo está bien, Gea? —James detuvo su caminata, puso sus manos sobre los hombros de la diosa y la giró hacia él. —Te noto distraída.

—Sí, estoy bien, solo algo cansada.

Aegea mintió, honestamente la lengua le ardía por preguntarle a James si él sabía algo de Sirius. Mas no lo haría por respeto a su amiga e igual porque no quería poner a James a decidir entre su novia y su mejor amigo de casi toda la vida. El asunto era entre Sirius y Adelaide, pero era obvio que la amistad iba a colgar de un hilo si se ponían a elegir bandos.

—¿Estás segura? Siento como si te hablara y tú no me escucharas.

—Es solo que... —la griega no quería decir las cosas para hacer sentir mal a James, pero necesitaba hablar de su relación. —¿No crees que todo va muy rápido últimamente?

Potter la miró confundido. La diosa lo había soltado de golpe.

—¿A qué te refieres?

—Es que... —Aegea suspiró. —Creo que nos estamos apresurando mucho en nuestra relación. Somos... bueno eres joven, hay que tratar de vivir las etapas al máximo, no sentirse atado...

—¿Entonces te sientes atada a mí? ¿Cómo si fuera algo obligatorio? —James rio sarcásticamente.

—No, claro que no, me expresé mal. Solo digo que tal vez podemos esperar un poco más de tiempo para pensar en hijos, familia, bodas y esas cosas que espantan.

—Gea, ¿no ves que nuestras vidas en cuanto salgamos de Hogwarts van a estar en riesgo? Literalmente nos enlistamos a un ejército. ¡Tengo miedo como cualquier otro! Estoy aterrado y siento que si no hago las cosas rápido entonces no van a pasar. —James hizo una breve pausa. —Yo no quiero alejarme de ti, Gea, puede que tu no tengas miedo, pero yo soy un simple mortal que se puede morir por cualquier cosa.

—¿Y crees que yo no tengo miedo por el simple hecho de ser una puta diosa? ¿Crees que es lindo saber que tus amigos no van a estar toda la eternidad contigo? Yo no creo que apresurar las cosas va a terminar bien, podríamos cansarnos del otro o simplemente no estar hechos para estar juntos una vida entera.

Aegea hizo el intento de tomar las manos de James, pero este evitó su tacto.

—Que miedo quedar viva después de una guerra, por lo menos sobreviviste. ¿Qué sucede contigo, Gea?

—¿Por qué te enojas por eso, James? Es un sentimiento humano natural, tengo sentimientos.

—Me enoja que creas que voy apresurado cuando no trataste de cortarme el ritmo antes y venos ahora. Menos mal no llegamos al matrimonio, decidiste cortarme la ilusión antes.

—Tienes diecisiete benditos años, James, ¿en serio estás pensando en matrimonio?

—Y tú tienes más de un siglo, creí que tu pensabas en esto desde hace tiempo.

—Esta pelea es absurda. —Aegea rezongó martirizada.

—Al menos estamos de acuerdo en algo, buenas noches, Gea.

—Buenas noches, reina del drama. —Murmuró la griega cuando el de lentes ya estaba lejos.

James dejó a la diosa y se largó a su sala común sin ver hacia atrás. Aegea sintió un nudo en el estómago, se sentía terrible, ¿cuál era la necesidad de comenzar tan absurda pelea? No iba a utilizar la excusa de que quería evitar tocar el tema de Adelaide, sería tonto.

Una vez llegó a su habitación, trató de despejar su mente terminando unas tareas, pero lo único que consiguió fue un ensayo muy mal redactado y el pergamino manchado de tinta.

—Maldita bocota, aprende a callarte. —Murmuró la diosa para sí misma antes de cerrar los ojos e intentar dormir.

heyyy 'tamo de vuelta.
una disculpa, mis últimos años me están masacrando como hulk a loki en avengers.

alsoooo, así me imagino el cabello de aegea en esta historia:

en fin, enjoy this while it lasts. solo falta este acto y creooo que uno más. los leo as always,

nelly.