💀🌿𝗦𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗼𝘀🌿🌻

💕 8 💕 (Parte 2/2)

Un sentimiento de terror empezó a invadir al soldado en cosa de segundos. Simplemente no podía estar pasando.

0-48 dio media vuelta y fue rápidamente camino a la ciudad zombi. Cruzó aquellas grandes puertas de metal y rejas, y luego regresó sano y salvo a su no muy querida ciudad sombria. Se dirigió de inmediato al hogar de Tyler, el cual no se encontraba muy lejos, por lo cual, llegó relativamente rápido. Se quedó por unos segundos en la puerta, pero luego suspiró con pesadez y tocó.

Su pequeño amigo le abrió la puerta al paso de unos pocos segundos. Este levantó la mirada para verlo a los ojos.

—¡Hey! ¡48! —Exclamó, contento de verlo regresar temprano. —¡Sí llegaste a la hora, no me lo puedo creer, hehe!

El zombi soldado se sacó su casco en la entrada y suspiró agotado. Entró a paso lento sin decir ninguna sola palabra.

Le dio la espalda a su compañero luego de pasar, aún con un interno terror en la sangre.

¿Cómo pudo haberse atrevido a hacer eso? ¿Sus emociones habían llegado muy lejos? ¿Será algo pasajero o... en verdad se estaba enamorando?

Preguntas así le revolvían los pensamientos en ese silencioso momento, provocándole leves mareos y un nudo en el estómago.
Desde un principio tenía en claro que estaba haciendo algo ilegal. Socializar con una planta se consideraba traición.
Todo ese odio, resentimiento y miedo que en un principio sentía hacia esa flor había desaparecido por completo, y se había convertido... ¿En amor? ¿Cómo? ¿Su actitud tan linda y amable se había ganado su corazón?
Las mejillas del zombi mostraron un notable rubor.

—¿48...? ¿Está todo bien...? —El científico cerró la puerta con cuidado y se quedó mirando al soldado de espaldas.

Este último levantó la mirada al escuchar su nombre.
Se estaba metiendo en una situación delicada, que probablemente acabaría con él si todo el mundo se enterase. Sin embargo, una constante felicidad continuaba en su pecho, impidiendo que la desesperación se apoderara de él.
Estaba feliz. Estaba muy feliz de haberla visto hoy.

¿Qué importa si el destino los colocó en bandos enemigos? ¿Qué importan las normas del Dr. Zomboss? ¿Qué importa si lo descubren y le hacen de lo peor?

Estaba enamorado. La tímida sonrisa de esa flor era lo único que le importaba en estos momentos. Hacerla reír era su única responsabilidad.

El soldado se gira de la nada para ver a su amigo de vuelta, esta vez con una gran sonrisa llena de verdadera felicidad.
0-48 se abalanza contra su pequeño amigo y le da un fuerte abrazo, levantándolo del suelo y apretujándolo.

—¡A-Agh! ¡48! ¿Q-Qué te sucede? —Tyler se quejó por el inesperado y fuerte movimiento de su amigo. El soldado tan solo continuó abrazándolo y riendo.

—¡Nada! ¡No me pasa absolutamente nada! —Respondió, dando pequeños saltitos mientras aún sujetaba a su compañero.

—¿P-Pero por qué e-el abrazo? —Tyler cerró sus ojos, verdaderamente confundido y con sus pulmones aplastados.

—¡Estoy feliz, Tyler! ¡Estoy tan feliz! ¡Fue el mejor día de toda mi no-vida! —El soldado finalmente dejó al científico en el suelo y lo tomó del rostro, sonriéndole de una manera especial.

Tyler lo miró a los ojos, completamente sorprendido. 0-48 se notaba distinto, muy distinto. Aquel soldado melancólico que tanto conocía había desaparecido completamente.
Algo especial había pasado.

[...]

—¿Te sucede algo, Jacob? Has estado bastante más callado de lo normal... —Habló Luther de la nada, mirando fijamente a su mejor amigo sentado a su derecha.

—A-Ah... Seh, seh... Tan solo... He estado bastante ocupado... El Dr me ha estado citando a varias reuniones estas semanas con otros líderes de más equipos... —Jacob se tapó la cara, suspirando del cansancio.

—¿Con respecto a qué? —Preguntó el contrario.

—Ah... Sobre las misiones y los Z-C... Asumiré de que se dio cuenta de que algo ha estado fallando con sus experimentos... —Respondió, sin dar más detalles.

—Uh, vaya. Pues tendrás que entregarlo para que te lo arreglen de una vez, nunca había visto un uniformado con tan poca pasión a la hora de pelear... —Luther se cruzó de brazos mientras fruncía el ceño.

—Créeme que lo haré. Estoy cansado de repetirle siempre lo mismo... —Jacob suspiró.

Luther le toca el hombro a su compañero, en un intento de consolarlo.

—Usted tranquilo, compa, que pronto estas preocupaciones se irán por siempre. —Murmuró, mostrando una sonrisa sombría.