Capítulo 16:
Ritual de nacimiento
Alonzo se pierde entre el pelaje café rojizo con manchas negras. Es un jaguar. Un felino salvaje que supera el metro setenta. Su mirada desafiante es un juramento para darme muerte. Él me odia. El aullido de un lobo detiene sus pasos. No sé de dónde ha salido, pero pasa a mi lado. Lo he visto antes y me protege. El jaguar y el lobo luchan entre gruñidos y zarpazos. Tengo miedo de perderlo de nuevo.
El lobo. Sus ojos eran azules y algo más. ¿Era él?
—Era él.
—¿Quién?
Entre abro los ojos para ver a Damián.
—Sergio. Era Sergio.
—Ella no está bien. Delira —escucho la voz de Tania.
—No, no, no. Era él —insisto.
Lo veo sonreír. Si estiro un poco la mano puedo tocarlo. Sigue siendo el mismo lobo de mis recuerdos. Su mirada tan azul con esa mezcla verdosa que los hace ver tan profundo. Nada ha cambiado, como si él se hubiera detenido en el tiempo al igual que yo. No me atrevo a decir nada por temor a que no sea real. A que Sergio no sea real.
Todo fue producto de mi imaginación. Él no está aquí. Es ridículo pensar que ese mismo lobo pudiera ser Sergio, por el contrario, sí lo he visto antes pero no en mi pasado sino de hace un par de días. Es el mismo lobo que vi atacar a Leandro, o más bien lo que quedaba de ese hombre. Lo que no entiendo es por qué nos protegió de Alonzo.
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Oscuros. Guardianes 3. Origen de los oscuros
FantasyDespués de más de un siglo Selt siente la presencia de su hermana Tanils, quien creyó muerta pero que ha regresado a cumplir con el mayor deseo de su madre la bruja oscura.