𝕭𝕭| ❛ Si Ben no me contesta, me tiro del techo, ma. ❜
𝕯onde una adolescente en plena cuarentena no deja de mandarle mensajes a Ben Barnes.
O
𝕯onde el celular de Ben Barnes no deja de sonar...
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Agosto, Argentina
Había pasado un mes, un tanto aburrido, y Rosa ya había enviado el regalo de cumpleaños de Ben. Estaba nerviosa, ya qué no sabía cómo le llegaría el regalo al británico, pero tenía la sensación de que le gustaría.
En Argentina ya era de noche pero en Reino Unido ya era de día. Entonces la pelirroja se estaba preparando para la videollamada con el británico para desearle un muy feliz cumpleaños.
Iba caminando en su habitación de aquí para allá, sumamente preocupada y nerviosa. ¿Y el paquete no llegaba a tiempo? ¿Y si no le gustaba? ¿Y si su declaración la mandaba por el inodoro y le decía que no sentía lo mismo por ella?
Carajo, tenia muchas cosas en contra. Aunque en realidad no le importaba nada, pero también tenía muchas inseguridades que le han plantado antiguas relaciones.
La puerta de la habitación se abrió, enseñando a Paola.
- ¿Podes dejar de caminar?- preguntó, fastidiada-, quiero dormir pero el techo se mueve.
- Perdón, estoy nerviosa.- se disculpó la pelirroja.
- ¿Es por el regalo?- Rosa asintió-, tranquila que le va a gustar.
- ¿Vos entendes que le mandé una carta de puta madre- comenzó la muchacha-... en la cual me estaba declarando?
Paola asintió mientras suspiraba, y salió de la habitación después de que le diera un beso en la mejilla a su hermana menor.
Su celular sonó y se lanzó a atraparlo mientras se sentaba en su escritorio y acomodaba el celular para que no se cayera.
*Español *Inglés
Elrostro de Ben se asomó con una sonrisa, y Rosie sonrió por eso mismo. La sonrisa del británico iluminaba su triste corazón, y por un momento olvidó que ella iba a irse a Grecia en unos meses.
- ¡Feliz cumpleaños, Benny!- gritó la pelirroja, sonriendo.
- Gracias, preciosa.- agradeció el muchacho.
- Estás como el vino- comenzó la pelirroja-. Mientras más viejo, más rico.
- No entendí eso que dijiste- frunció el ceño-, pero lo tomaré como un cumplido.
Rosa miró su reloj y luego a la pantalla.
- Creo que tu regalo esta a punto de llegar.- comentó ella.
- ¿Regalo?- preguntó, confundido. En ese momento sonó el timbre de su casa.
- Debe ser lo que te envíe- respondió Rosa-, ¡ve a buscarlo!
