𝕭𝕭| ❛ Si Ben no me contesta, me tiro del techo, ma. ❜
𝕯onde una adolescente en plena cuarentena no deja de mandarle mensajes a Ben Barnes.
O
𝕯onde el celular de Ben Barnes no deja de sonar...
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Se encontraban dos personas, Rosa María y Paola, tomando mate en la cocina. Eran las diez casi once de la mañana. Su madre estaba preparando para comenzar a hacer el almuerzo.
- ¿Entonces me estás diciendo que ese...?- preguntó su hermana mayor mientras tomaba un mate.
- Sip.- afirmó la pelirroja. Su madre, quien estaba escuchando todo, se dio media vuelta.
- ¡Rosa María!- exclamó- ¿Qué te he dicho?
Su hija menor levantó la mirada para verla.
- Que si un desconocido me hablaba, que sea mi sugar.- respondió de forma automática.
- ¡No te dije eso, pendeja!- le gritó, señalándole con una cuchara de madera.
- No para, eso me lo dijo esta enferma.- se comenzó a reír, contagiando a su hermana. Estaban sacando de quicio a Paula.
- ¡Rosa!, ya vas a ver cuando venga tu padre.- comentó- ¡Te va a pegar por hablarte con ese hombre!
Se giró a ver a su madre, con mala cara.
- Primero, papá jamás me diría algo ni tampoco me pegaría.- dijo de forma afirmativa- Y segundo, ya estoy bastante grande como para saber que está bien y que está mal.
- Pero...- habló Paula.
- Y tercero, si te molesta, me rajo de acá y no me volves a ver nunca más.- comentó- Por que ya me tenes las pelotas que no tengo por el piso que andes todo el puto dia diciéndome cosas que debo hacer sabiendo que hago demasiadas cosas por vos.
Dicho eso último, se levantó tomando su celular y salió hacia afuera, a sentarse un rato al sol y esperando que se le pasara el mal humor. Ni ella misma se aguantaba cuando estaba así.
Por otro lado, su hermana mayor se giró a ver a su madre.
- No se para que te negas y le decís eso.- le dijo- Sabes que ella no tiene ningún problema en decirte las cosas como son, y realmente estoy de su lado.- afirmó.
Rosa María había sido la luz de sus ojos, su ahijada y también su hija, también la quería de esa forma.
- ¡Pero se habla con ese hombre!
- ¡Y déjala mamá!- le gritó- Rosa María sabe bien lo que hace, y si seguís así la vas a terminar cansando.- comentó- ¿Qué queres hacer? ¿Qué te odie? ¿Eso queres?
Paula negó.
- Entonces deja de entrometerte en lo que no te importa, porque si seguís así sabes perfectamente que si tiene la más mínima oportunidad de irse de acá lo va a hacer.- habló Paola- Tiene un carácter de la gran mierda, si, pero es la pendeja más buena que hay y se rompe la cabeza día a día tratando de terminar la secundaria en medio de esta pandemia de mierda.
Dicho eso, se levantó, pero antes volvió a hablarle.
- Dale un poco de confianza, porque eso es lo que te falta con ella.- afirmó y se fue para su habitación.
Dejando pensando a su madre de todo, especialmente en la pelirroja. Iba a arreglarse con ella, pero tenía que esperar que se le pase el enojo porque sino ardería Troya.
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