Capítulo Catorce.

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—La realidad es que no pasó nada.

Fue como un balde de agua en mi cabeza y me incorporé para encararlo, que con la cantidad de almohadas no podía. Nick tenía una mirada de diversión en su rostro y por un momento quise darle un golpe por comportarse tan pendejo. ¿Cómo que nunca había sucedido nada y recién me estaba enterando?

—¿No tuvimos sexo?

—No, te quedaste dormida antes de cualquier cosa —me comentó con diversión y seguramente fue por mi expresión, que se volvía cada vez más enojada. Nick se empezó a reír como si le hubiese dicho el mejor chiste del mundo y me enojó lo suficiente para darle un golpe en el pecho—. Hey, hey, no seas agresiva. Déjame explicarte que sucedió.



—Lloraste toda la noche abrazada de mí.

—Estás bromeando, lo haces a propósito porque ahora sabes más de mí, pero en realidad no sabes nada —me puse a la defensiva sin poder creer el engaño que había vivido. Lo más curioso es que estaba enojada porque no había sucedido nada, cuando debería estar contenta al no haberme acostado con un trabajador de la noche. Era una chica extraña cuando quería—. Dime que tuvimos sexo salvaje sobre mis sábanas.

—Nada más lejano...

Oh no.

¿Es que tenía que avergonzarme con todo siempre? No recordaba nada y aquello me hacía enfadar, pero cuando repetí en mis palabras lo que había dicho Nick un recuerdo llegó. Mi cabeza sobre el inodoro, vomitando como si tuviera quince años y Nick acariciando mi espalda mientras me sostenía el cabello. No, no podía ser cierto.

—¿Qué fue lo que sucedió?

—Mira, no te lo quise decir porque estabas realmente mal —me comenzó a explicar Nick, humedeciéndose los labios antes. Yo esperé por sus palabras, ansiosa por saber que me había ocultado y el porqué—. Llegamos a tu casa y me invitaste una copa. Yo te dije que estabas muy borracha, que tal vez no era la mejor opción, pero me besaste y bueno... no iba a perder la oportunidad. Cuando llegamos comenzaste a desnudarte en tu casa, mostrándome una lencería que todavía me ha quedado guardada en el cerebro...

Puse los ojos en blanco. Hombres.

—Yo te dije que me parecías muy atractiva, pero que necesitabas tomar un poco más de agua. No iba a acostarme con una borracha que luego no recordara nada, ahí te agarró un ataque de enojo y empezaste a decirme que todos los hombres son iguales... que no trate de fingir que yo no era como todos —dicho eso se rio un poco y negó, como si recordar la situación le diera risa—. Y fuiste al baño a vomitar. Te sostuve el cabello y froté tu espalda, esperando que eso te hiciera sentir mejor, pero estuviste un largo rato. Me dio mucha pena tu estado, así que traté de entender que estaba sucediendo contigo y de conocerte. Me contaste de Thomas, de tus angustias y de todo lo que había pasado con tu hermana. Nunca vi a nadie llorar más que a ti, tal vez a mi madre, pero llorabas con tanta angustia que no pude separarme de ti por más que no fueras a darme lo que buscaba.

Suspiré realmente avergonzada y me froté la cara con las manos, sin poder creer que todo eso estuviera olvidado en mi mente. Sin embargo, tenía mucho más sentido que vomitara frente a un desconocido antes de acostarme con él.

—Ahí fue cuando me dijiste que querías arruinar la boda de tu hermana y yo bromeé algo así como... como una broma cliché sobre las películas. Ahí fue como si se te hubiera prendido la lamparita y quisiste hacerlo. Me contrataste y luego de firmar, quedaste dormida en la cama. Boca abajo. Una imagen que me persigue por las noches —lo último lo exageró y yo le regalé una mirada de odio.

Volví a recostarme luego de un gran suspiro y cerré los ojos, tratando de pensar en lo que había sucedido. No podía creer que en realidad había llorado en sus brazos en vez de cualquier otra cosa.

Sin embargo, a pesar de toda mi vergüenza y angustia, sentí que Nick había sido realmente muy dulce conmigo. Me había llevado a mi cama, me había cuidado, consolado y se había quedado a mi lado.

—¿Por qué estabas desnudo? —recordé de la nada, algo asustada al recordar eso.

—Use tu ducha. También dejé mi ropa interior colgada. Tenía que descargarme de algún modo.

Volví a incorporarme al darme cuenta que había hecho en mi ducha. Nick se empezó a reír fuerte y le di un nuevo golpe. Era un caso especial, realmente era el chico menos indicado para mí y ahí estaba riéndome con él por haberse masturbado en mi ducha.

—Voy a cambiar todo cuando vuelva, que asco, Nick.

—Era para ti.

—¡Basta! —grité horrorizada y él empezó a reírse a carcajadas, haciéndome enojar el doble. Un poco de gracia me causaba que fuera tan abierto con respecto a la sexualidad, cosa que los hombres solían hacer pero no frente a chicas. Me pregunté porque era así, de dónde había sacado esa forma de ser y me encontré queriendo saber más sobre Nick. Sin embargo, él se dio la vuelta como si estuviera dispuesto a dormir luego de un día tan largo.

Estuvimos en silencio por un rato y noté que Nick se había dormido muy cerca de las almohadas, apoyando su mano en una de ellas. No sabía si lo había hecho de manera inconsciente o esperaba que yo la tomara. Sin embargo, lo hice. Su mano cálida acarició la mía cuando nos tocamos y lo escuché suspirar con tranquilidad. Yo hice lo mismo sin poder evitarlo, sintiéndome cómoda a pesar de tener mil almohadas de por medio.

—Gracias por estar ahí para mí, Nick.

—De nada —susurró y sonreí, cerrando los ojos finalmente—. Se está haciendo una costumbre que me gusta hacer.



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Nota de autora: Hola mis belles ♥ Espero que estén muy bien ♥ Espero que les haya gustado este capítulo, ando subiendo un poco a destiempo los capítulos pero tal vez en la semana haya otra publicación. ¡Que emoción! ¿Qué opinan de lo que va pasando? ¿Creen que Nick siente cosas por nuestra Ally?

Quiero robarme al novio [Terminada]Where stories live. Discover now