Mi abuela venia de una familia poderosa y rica. Lo contrario era mi abuelo que era hijo de la empleada de limpieza de la casa donde vivía mi abuela. Los dos se enamoraron perdidamente y se fugaron cuando el padre de mi abuela se enteró de su relación y decidido llevar a su hija al extranjero. Ninguno miro hacia atrás después de todo mi abuelo estaba estudiando y trabajando, además contaba con el apoyo de toda su familia. Fue difícil mi abuela fue deshereda y olvidada en su familia como si estuviera muerta. Un día le pregunte si cambiaria algo de eso y su respuesta me sorprendió.

El amor tiene muchas pruebas y si de verdad quieres a alguien estas dispuesto a pasar cada una que se te interponga en tu camino.

Esa frase que me dijo quedo marcada en mi mente, sobre todo cuando Kane se fue.

—Pero a veces hay amores que son imposibles— le dije a mi abuela. Ella sabía a qué me refería, era la única a la que le confesé mi amor por mis hermanastros.

—No creo que sea imposible caro, solo que el verdadero amor aparece cuando uno menos se los espera—sonrió mientras llevaba la olla al horno— ¿Qué tal unas galletas con helado mientras esperamos a que la comida este lista?—

Sonreí mientras me daba el enorme envase lleno de helado casero que ella misma hacía, le dio instrucciones a sus trabajadoras para que terminaran la comida mientras nosotras íbamos a la sala de estar con las galletas y el helado.

Metí una galleta con helado a mi boca y gemí por el sabor. Las galletas de chipas de chocolate y el helado de fresas de mi abuela es un verdadero paraíso de azúcar.

—Esto es delicioso, abuela—dije mientras le daba otro mordisco a la galleta.

—Sabía que te gustaría de niña no dejabas de comer mis galletas—dijo nostálgica—Me recordó mucho a tu padre—

Suspiro mientras veía un cuadro de la familia de un par de años atrás.

—Me recuerdas mucho a tu padre, caro—sonreí dolía un poco escucharlo porque mi padre ya no está. Pero es algo que particularmente escucho de mi familia paterna, mi cabello, el color de mis ojos todos son rasgos de una Rossi—A pesar de que el no este me alegra poder tener un pedacito de el conmigo—

La abrace, hablamos un poco de mi padre y de como era de niño y por supuesto de mi parecido con él. Después pasamos el tiempo viendo una película y comiendo helado y galletas, hasta que la comida estuvo lista y todos nos dirigimos para comer la cena.

Me sorprendí un poco cuando mi abuelo me sirvió una copa de vino para acompañar mi comida. Por supuesto, aquí en Italia no era ilegal para mi tocar alcohol como en cambio lo era haya en florida.

—Ese es un nuevo vino en el que estamos trabajando tu abuela y yo—sonreí mirando a mis abuelos mientras tomaba un sorbo.

Es. . . magnifico.

La suavidad del vino era una delicia, una nota delicada de alcohol se sentía al principio. Perfecta para acompañarlo con la comida además no era tan fuerte lo cual fue ideal para poder tomar mis primeros sorbos de alcohol.

—Es delicioso abuelo—dije cortando un pedazo de mi carne.

—Sabía que te gustaría—dijo.

— ¿Puedes ir con tu abuelo mañana para que lo ayudes con la fabricación de vino?—dijo mi abuela sonriéndome.

Que bien me conoce. Porque esa es una de mis actividades preferidas cuando vengo de visita.

—También podemos dar un agradable paseo a caballo para llegar a las instalaciones de la planta más rápido—me ofreció mi abuelo.

Los Amores de OliviaWhere stories live. Discover now