XVIII

6 1 0
                                    

El viento que recibían gracias a las hamacas hacía que su pelo baile, chillaba un poco así que frenaron en seco.

—Deberias viajar conmigo —dijo pensativa ella, más para si misma que para él.
—me gustaría.
—perdón de antemano por mi familia.
—te perdono de antemano.

Hablaban sin mirarse en lo absoluto, no miraban nada específico, pero sabían que estaba al lado, eso era suficiente. Ella tenía la mirada clavada en el piso cuando habló.

—nunca te disculpes de antemano.
—¿A que te referís?

Ella se giró para verlo y sonrió como si todo estuviera bien.

—Porque yo lo hago constantemente.

—a veces pienso... III

no sos inmortal, aunque dejes una huellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora