XVI tw: gay

9 1 0
                                    


-Tengo que practicar -se quejó ella.
-¿Practicar que? -pregunto la otra desde la cama.
-Vals...
-¡¿Bailas vals?! -se levanto muy rápido.

Ella rio antes de contestar.

-sip.
-¡¿Y no me lo dijiste?!
-Nunca lo creí importante. El martes tengo expo. y necesito practicar.
-¿Puedo ayudar? -ella notó que la otra estaba algo nerviosa, aunque trataba ocultarlo.
-Por supuesto.

Al instante ella se levantó y puso música, aprovechó para poner esa canción que jamás le dedicaría por miedo. El compás iba perfecto.

-Vos seguime; atrás, izquierda, adelante, derecha -era consiente que le costaba darse cuenta cuál era la izquierda y la derecha-. Te fuiste con la mano y cuando diga "giro": giras... -se detuvo un segundo pensando que decir- y cuando te diga que caigas, déjate caer en mis brazos.

La otra rio y aceptó.

-¿Me concedes esta pieza, primor? -dijo ella justo después de ponerle play a la canción.
-por supuesto -dijo la otra fingiendo elegancia, ambas rieron.

Empezaron a bailar, fue tan natural, la alegría y risas brotaban de ambas.
"Giro" susurro ella al oído de la otra.
Está giró. Ambas se sentían seguras en los brazos de la otra. Era casi mágico.

Fue casi imperceptible cuando la música acabó, por poco seguían bailando sin música.

-¿No era que debía "lanzarme en tus brazos o algo así"? -se burló la otra.

Ella rio y con un simple movimiento, la otra estaba en sus brazos.

-se que no sé mucho del baile, ¿pero podría agregar un paso? -cuestiono la otra.
-¿Como no?

Y ahí, justo ahí, en realidad después de un titubeo de la otra, está la besó. Un beso suave, el primero para la otra.
Pero ella nunca había tenido uno así, ambas estaba cansadas y con respiración agitada por la danza. Ella enderezó a la otra sin despegarse de sus labios. Ambas mantenían una distancia mínima.
Ella quiso que ese momento nunca acabe, la canción ya había cambiado, estaba sonando algo, ella no sabía que era, no le estaba prestando mucha atención tampoco, pero era su nueva canción favorita. Los brazos de ella estaban en la cintura de la otra por el baile, por lo mismo, la otra tenía sus brazos rodeandole el cuello a ella. Ojalá ese sentimiento no se desvanezca.



—a veces pienso...

no sos inmortal, aunque dejes una huellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora