Infantil recuerdo

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Un pequeño niño observaba sentado desde la sombra de un árbol como sus compañeros jugaban a las atrapadas, sus pequeños ojos grises brillaban por las lágrimas que se deslizaban por toda su aniñada cara mientras sostenía con fuerza su sombrero de paja.

Siempre lo dejaban de lado y discriminaban por su naturaleza, el ser híbrido no estaba bien visto en aquel viejo pueblo por lo que el pequeño cuervo tenía que soportar empujones, insultos y malas miradas cada vez que paseaba por las calles.
Nadie más que su ocupado padre se preocupaba por él, su única compañia diaria eran los cultivos detrás de la pequeña escuela donde estudiaba.

La campana pronto sonó y todos los niños regresaron a sus salones, incluso el pequeño cuervo que sacudió sus diminutas alas y tomó asiento al fondo del salón, ignorando el cartel mal escrito que decía "No qeremos feos aninales aki, bete al bosqe."

A la salida del colegio nada parecía fuera de lo común, lo empujaron, tiraron sus pertenencias, se burlaron y entre lágrimas el híbrido se fue al huerto, ocultándose a los pies de los árboles de pera abrazando sus cortas piernas y extendiendo sus alas para darse un abrazo.

–¡Hola!

El pequeño cuervo escucho que le hablaban, se exaltó por la sorpresa y vio delante suyo un niño de cabellos castaños y su rostro lleno de curitas.

—Wuaa, tienes alas, ¡es increíble! mi amigo Fargan también las tiene, es un búho, ¿no tienes orejitas? Rubius si, es un oso feo pero sus orejas son bonitas.

El desconocido habló señalando sus alas, el pequeño de ojos grises se sentía temeroso y preocupado, ¿quién era ese niño? ¿Por qué le hablaba?

–Hey, ¿no hablas? Vamos dime tu nombre, yo soy Auron.

–Focus... –susurró.

–¿Cómo? ¡Habla alto!

–Me llamo Focus! –grito avergonzado el cuervo cubriendo su cara con sus alas.

–¡Pero que chulo! –Auron sin mínima vergüenza agarro sus alas acariciando las plumas negras.

–¡Para! ¿Qué haces? No quiero que me molestes, s-solo vete. –trató de defenderse pero el miedo le ganó y sus palabras sonaron flojas e inseguras.

–Perdón...

El pequeño Auron vio como su "nuevo amigo" estaba sonrojado de la vergüenza y tenía los ojos lagrimosos, se sintió mal porque en su pequeña mente de siete años todo era su culpa y merecía ser castigado sin comer dulces.

–Me llamó Auron, acabo de llegar. No llores Focus, no volveré a tocar tus alitas pero es que a mi amigo Fargan si le gusta, pensé que a ti también, ¿no eres un búho?

–Soy un cuervo... –habló en volumen bajo corrigiendo a Auron, poco a poco le dejaba de temer al niño.

–¡Increible! ¿Y sabes volar? –Focus negó ante la pregunta, sin saber como debería sentirse, si bien o terriblemente mal, ¿acaso debería poder volar?

Los siguientes minutos se pasaron rápido, Focus fue tomando confianza con el niño desconocido, él no le hablaba con mala intención ni parecía tenerle odio, más bien hablaba de lo mucho que le gustaban sus alas, ¡era la primera persona además de su papá que se lo decía! Incluso se atrevió a preguntarle a Auron que hacia ahí en su pueblo, a lo que el pequeño castaño le dijo que estaba en una importante misión con el viejo Merlon, le contó que el venía de un pueblo "mamadisimo" llamado Karmaland y que entrenaba con sus amigos para ser héroes, además lo invitó a ir cualquier día que quisiera para presentarle a su amigo Fargan, diciendo que como ambos eran híbridos de aves se debían casar, Focus solo respondió diciendo que aquello era terrible.

Desde su encuentro en aquel huerto, acordaron verse ahí después de las clases del pequeño cuervo, se hicieron muy amigos durante una semana donde Focus tomó más confianza en sí mismo y con ayuda de Auron aprendió a defenderse usando el "diálogo" -que era en realidad golpear a la otra persona-.

Pero todo lo bueno tiene un fin y el suyo llegó muy rápido, en siete días Auron tuvo que volver a su pueblo, se despidió de Focus y ambos prometieron por el dedito volver a verse otra vez.

Desde entonces Focus se defendió más, no hizo ningún amigo pero tuvo la paz que necesitaba y dejó ese viejo pueblo cuando cumplió la mayoría de edad, mudándose a "TortillaLand" donde según varios rumores, los habitantes eran de distintas razas por lo que podría encontrar más personas como él.

¿Y a Auron? No lo trato de buscar, porque debido a la edad en que se conocieron olvidó el nombre del niño y el extraño pueblo que le mencionó.

Pero la vida le recompensó toda esa infancia llena de abusos y coincidió con el castaño en ese nuevo pueblo.

Y basta decir que no solo coincidieron.

–¡Cuervo! –gritaba el joven de mechón flameante, buscando la atención de su pareja que trabajaba en el huerto comunitario del pueblo.

–Pero que no hace falta gritar Auron, estoy aquí. –río ante la efusividad de su novio, quién no dudó en lanzarse a sus brazos.

–Me aseguraba de que me escucharas. –río con esa picardía tan propia de él. –Deja de trabajar y vamos a fastidiar a Juancho, ¿sí? –pidió el líder del pueblo con un puchero adorable.

Y claro que Focus no se pudo negar.

El mundo es un pañuelo y el cariño entre Focus y Auron era un lindo bordado que llevaba años aguardando por su reencuentro.

One Shots l FocusPlayDove le storie prendono vita. Scoprilo ora