Uraraka: *En cuanto vuelva fingire que desarrolle síndrome de Estocolmo y esconderé el fragmento de vidrio en una parte de la cama, cuando este indefenso se lo clavare en el cuello*

Una sonrisa apareció en su rostro, a pesar de saber que tendría que fingir amar a alguien tan horrible como Iida Uraraka estaba feliz por su plan, sin más se levanto y fue al baño, se cubrió el puño con una toalla y rompió el espejo para tomar el fragmento que más filoso estaba.

Después de esto fue directamente a la cama, escondió el arma y se desvistio para esperar a su víctima y poder tener su venganza.

Las horas pasaron y la puerta principal se abrió mostrando que Iida había vuelto, Uraraka lo había escuchado por lo que se preparó y puso su mejor cara de amor y esperó a que este entrara en su habitación lo cual no tardo mucho pues este venía con ganas de ver a la castaña.

Al entrar pudo ver a Uraraka desnuda la cual al verlo se levantó y corrió hasta este para abrazarlo, Iida se quedo inmóvil ante esto.

Iida: ¿O-Ochako?

Uraraka: ¡Por fin volviste amor! ¡Te había estado esperando todo este tiempo!

Iida: *¿M-Me llamó amor?*

La cara de Iida mostraba que estaba feliz, por lo que decidió ignorar el espontáneo comportamiento de la chica y disfrutar de este, el peliazul la cargo hasta la cama y la recostó para después desnudarse.

Al estar completamente desnudo Uraraka fue hacía el y comenzó a masturbarlo sorprendiendo más al peliazul.

Iida: ¿Qu-Qué haces?

Uraraka: Debiste tener un día muy largo amor, déjame recompensarte por tu trabajo

El peliazul no dijo nada más y solo se dejó llevar por la castaña la cual por dentro estaba asqueada.

Sin perder el tiempo Uraraka se detuvó e invitó al peliazul a dar el siguiente paso, Iida no lo pensó dos veces y la tomó de la cadera para poder comenzar.

Después de unos minutos Uraraka gemia de placer lo cual animaba a Iida a seguir pero en un mal movimiento esta revalo y cayó suelo, el peliazul preocupado se asomó por debajo de la cama para ver como estaba la castaña pero al apenas mostrar su cara un fragmento de vidrio fue clavado en su cuello provocandole un grito ahogado de dolor por la sangre.

Esto no termino aquí y la castaña viendo que aun estaba consciente el peliazul tomó el pene de este aun erecto y lo cortó de un tajo haciendo que esté comenzará a sollozar.

La mirada de Uraraka era de felicidad, estaba feliz de hacer esto, esta tomó el pene recién cortado y lo metió en la boca de Iida mientras reía.

Uraraka: ¡¿Qué se siente?! ¡Dímelo! ¡¿Cómo se siente que te torturen provocandote un dolor inmenso todos los malditos días durante dos meses?!

El peliazul no podía responder debido a su condición, Uraraka tomó del cuello a Iida y comenzó a ahorcarlo tratando de matarlo de una vez, con cada segundo que pasaba podía ver como la vida de Iida se le escapaba de sus manos.

En cuestión de segundos estr había muerto, la castaña se levantó y volvió a ir al baño para darse una ducha, al entrar fue directamente a la tina y abrió la llave, ahora la sensación del agua tocando su cuerpo era de satisfacción.

Esto es su culpa Where stories live. Discover now