CAPITULO 1

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Recogiendo mi cartera, le sonrío con ironía y luego salgo por la puerta del coche.

No puedo creer que haya dejado que Dinah me convenciera de esto.

Pero entonces Dinah puede convencer a cualquiera de cualquier cosa.

Será una periodista excepcional.

Es articulada, fuerte, persuasiva, argumentativa, hermosa, y es mi más querida y querida amiga.

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Las carreteras están despejadas cuando partí de Vancouver, WA hacia Portland y la I5.

Es temprano y no tengo que estar en Seattle hasta las dos de esta tarde.

Afortunadamente, Dinah me prestó su Mercedes CLK deportivo.

No estoy segura de que Wanda, mi viejo VW Beetle, hiciera el viaje a tiempo.

Oh, el Merc es un viaje divertido, y los kilómetros se me escapan cuando piso el pedal a fondo.

Mi destino es la sede de la empresa global de la Sra. Jauregui.

Es un enorme edificio de oficinas de veinte pisos, todo vidrio curvado y acero, la fantasía utilitaria de un arquitecto, con Jauregui House escrito discretamente en acero sobre las puertas de vidrio.

Son las 2:45 cuando llego, muy aliviado de no llegar tarde cuando entro en el enorme (y francamente intimidante),vestíbulo de cristal, acero y arenisca blanca.

          
Detrás del escritorio de piedra arenisca maciza, una joven rubia muy atractiva y arreglada me sonríe amablemente.

Lleva la chaqueta de traje color carbón más elegante y la camisa blanca que jamás haya visto.

Ella luce inmaculada.

-Estoy aquí para ver la Sra.Jauregui.
Camila Cabello por Dinah Jane-.

-Disculpe un momento, señorita Cabello-.

Arquea ligeramente la ceja mientras yo me paro cohibida ante ella.

Empiezo a desear haber tomado prestado uno de los blazers formales de Dinah en lugar de usar mi chaqueta azul marino.

Me he esforzado y me he puesto mi única falda, mis sensatas botas marrones hasta la rodilla y un suéter azul.

Para mí, esto es inteligente.

Pongo uno de los mechones de pelo que se me escapan detrás de la oreja mientras finjo que no me intimida.

-Se espera a la señorita Jane.
Por favor regístrese aquí, señorita Cabello.
Querrá el último ascensor a la derecha, presione para el vigésimo piso-.

Me sonríe amablemente, sin duda divertida, cuando me registro.

Me entrega un pase de seguridad que tiene VISITANTE estampado muy firmemente en el frente.

No puedo evitar mi sonrisa.

Seguramente es obvio que solo estoy de visita.

No encajo aquí en absoluto.

Nada cambia, suspiro interiormente.

Agradeciéndole, camino hacia el banco de ascensores y paso a los dos hombres de seguridad que están mucho más elegantemente vestidos que yo con sus trajes negros bien cortados.

El ascensor me lleva con velocidad terminal al vigésimo piso.

Las puertas se abren y me encuentro en otro gran vestíbulo, nuevamente todo vidrio, acero y arenisca blanca.

50 sombras de Jauregui (PAUSADA).Where stories live. Discover now