Capítulo 4

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Gorillaz – On Melancholy Hill

Danielle

Mostré rápidamente mi pase a la persona que fiscalizaba la entrada del estadio, quien antes de darme el visto bueno, me amonesto por mi retraso. Luego de escucharla y apenas me abrió la puerta eche a correr lo más rápido que me permitían mis tacones, dejando atrás a Brant.

No podía perdérmelo otra vez.

Mientras corría, mordí la liga que mantenía en mi muñeca para luego amarrar el cabello que se me adhería en las mejillas por el sudor. Tal vez debería cortarlo un poco.

Finalmente llegué a la zona en la que mi familia había comprado los asiento para ver la presentación, enfoqué la vista tratando de encontrarlos, pero no los veía ¿Y si yo me había equivocado? Apreté mis labios con frustración ante la posibilidad de perderme nuevamente la presentación de Evangeline.

Fue el grito de Marianne que me devolvió, literalmente, el aliento. 

Cuando llegue a su lado Sara me apretujo entre sus brazos, para después pasar a los de mi padre, quien luego de besar mi frente, siguió acomodando la cámara que había grabado toda la vida de mis hermanos y la mía en el trípode.

Revolví el cabello de William quien me sonrió levemente para volver su vista al teléfono. Me senté al lado de él y suspiré profundamente, obligándome a tranquilarme.

Mierda, eso había estado cerca.

Aunque había llegado atrasada, la competencia aun no empezaba.

Saqué el teléfono de mi bolso y le escribí un mensaje a Courtney. Creo que era lo mínimo que se merecía al haberla dejado sola cuando apenas recordé que hoy tenía este compromiso.


–El otro día mis amigos te vieron en la portada de una revista –dijo William. 

– ¿A sí?

Él asintió, mirándome con sus ojos bien abiertos –Ellos dicen que eres ardiente.

Tapé mi cara con ambas manos y reí a carcajadas. Qué vergüenza.

–Lo cual encuentro asqueroso –prosiguió–. O sea, eres mi hermana, y ni siquiera tienen pudor de comentar los sueños lujuriosos que tienen contigo. Yo no podría pensar en ti de otra manera, de hecho –me miro profundamente con sus ojos azules–. Pensar en eso me entran unas incontrolables ganas de vomitar.


Inesperadamente las luces se apagaron por unos segundos para volver a encenderse e iluminarnos levemente, enfocando la pista de hielo.


Piñizqué su mejilla y la apreté con firmeza –Tan amable, pero si cerrarás la boca lucirías incluso más simpático.


Me enseño la lengua. Iba a hablar, pero Sara hizo una señal de silencio y yo, tuviera la edad que sea, siempre le obedecería.

Me acomodé en la incómoda butaca y suspiré. La competencia ya había comenzado, sin embargo, nunca le tomaba mucha atención a la presentación del evento y siendo honesta, nadie lo hacía.

Los primeros chicos comenzaron a presentarse mientras yo me mantenía hablando por mensajes con Brant.

Mis ojos inevitablemente se movieron hasta la pista en cuanto escuche la canción que Evi me había hecho escuchar cada vez que iba a casa en busca de mi aprobación. Evangeline se deslizo sobre la pista en sus patines luciendo tranquila y sonriente, y literalmente todos saltamos de nuestros asientos aplaudiendo, tanto lo hice que mis palmas quedaron rojas y ardían. Probablemente quedaríamos como ridículos ante los demás, pero no era algo que nos importará. Vestía un traje corto de una pieza color blanco el cual se amarraba detrás de su cuello. Lo que más destacaba era la pedrería que iniciaba en el cuello y hacía una especie de degrade hasta llegar a la cintura. Era, sin duda, otra obra de Ninoska.


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⏰ Última actualización: Nov 12, 2021 ⏰

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