Danielle Rhys ha tenido una vida privilegiada. Desde pequeña fue sobreprotegida para que su infancia fuera como la de cualquier otro niño. A los quince años asistió por primera vez a un evento de moda y tanta fue la impresión que dejó en ella, que desde ese día quiso ser una modelo. Danielle nunca se rendía ante lo que quería, y ahora teniendo veintitrés años era una de las modelos más cotizadas de la industria del modelaje. Sus días se basaban en posar frente a las cámaras, ser protagonista de varios rumores y asistir a exóticas fiestas. No había tiempo para compromisos amorosos. Su vida da un giro inesperado al darse cuenta que está embarazada. La preocupación sobre su estado pasa a segundo plano, cuando cae en cuenta que hay dos hombres posibles como padre de su criatura.