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Capítulo 14

Jiang Suizhou se quedó en el estudio hasta el crepúsculo.

le fue entregada una invitación temprano, de dos funcionarios del Ministerio de Obras, invitándole a ir a tomar una copa por la noche. Jiang Suizhou era un recién llegado al reino y ni siquiera sabía lo bien que podía beber, así que, después de pensarlo, no se atrevió a ir corriendo al banquete.

Así que se demoró un poco y se limitó a pedirle a Meng Qianshan que volviera él mismo con la invitación, diciendo que no había dormido bien la noche anterior y que había cogido frío por el viento y que se estaba recuperando de ello en su residencia hoy.

Afortunadamente, era un hombre notoriamente enfermo, así que la excusa salió bien, y los dos hombres no presionaron más el asunto.

Después de lidiar con este asunto, Jiang Suizhou abandonó el estudio.

Aunque tenía un feroz tigre enfermo en su habitación, no podía dejar de cenar por ello.

Pero para su sorpresa, justo al llegar a la puerta de su habitación principal, escuchó a Tao Zhi reprochando a Huo Wujiao de forma siniestra.

La sirvienta estaba parada frente a la mesa, bloqueando a Huo Wujiao que estaba sentado en la silla de ruedas, mientras ella tenía los brazos en jarra sobre sus caderas, su voz chillona se podía escuchar desde la distancia.

Cuando Meng Qianshan vio esta escena, su rostro cambió y quiso hablar, pero Jiang Suizhou levantó la mano para detenerlo.

Aunque no podía ver el rostro de esta sirvienta, podía decir por su ropa que fue la que se tropezó con Huo Wujiao mientras llevaba la caja al mediodía de hoy. Jiang Suizhou pensó que ya no se atrevería a más después de que él la regañara, pero no esperaba que esta sirvienta fuera tan arrogante.

Jiang Suizhou no pudo decir por un tiempo si ella pensaba que su propia vida era demasiado larga o si pensaba que la vida de Jiang Suizhou era demasiado larga.

Él sólo observó en silencio cómo ella atacaba con arrogancia, y luego la vio cómo se giraba y lo miraba sorprendida, antes de que sus piernas flaquearan de miedo y cayera de rodillas.

Jiang Suizhou se quedó sin palabras cuando vio su apariencia temblorosa.

¿De qué sirve tener miedo en este momento? ¿Por qué no supo tener miedo cuando estaba siendo tan feroz con Huo Wujiao hace un momento?

Siempre había detestado este tipo de inferioridad en algunas personas.

Como hombre después de mil años, cree que conserva el respeto que se merece por la vida y la personalidad. Sin embargo, hay algunas personas que son respetadas por su personalidad, pero quieren pisotear a los demás; son esclavizados por otros, pero cuando vuelven la cabeza, quieren ponerse una apariencia superior para esclavizar a los demás.

Cuando Meng Qianshan vio la cara fría de Jiang Suizhou sin decir nada, se ocupó de dar un paso adelante y dijo con voz fría: "¡Señorita Tao Zhi, qué gran autoridad! ¿Recuerdas que la señora Huo es tu maestro? Cuando te veo así... ¡¿te consideras el Amo de la casa?!"

Tao Zhi tembló y se inclinó, y se apresuró a discutir con astucia: "¡Mi señor, no ha sido esta sirviente! ¡Es... el sirviente que empujó la silla de ruedas para la señora! Empujó la silla de ruedas y golpeó a esta servidora, y sólo entonces accidentalmente derramé la sopa sobre Furen."

"¿Es este Rey ciego?"

Jiang Suizhou frunció el ceño y la interrumpió.

Tao Zhi se estremeció de miedo, su frente tocó el suelo y se arrodilló en el suelo, sin atreverse a levantar la cabeza.