Tú dejaste caer las primeras lágrimas y aunque llegué a arrepentirme ya eran tres meses muy tarde. Pero seamos sinceros, yo no quería despedirme y tú no querías olvidarme.
Estoy tan arrepentido, porque fui un cobarde que por orgullo no está contigo...
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10 | please, dance with mein the dark
17 de septiembre, 2018. Cambridge, Inglaterra.
Estoy a un día de terminar mi estadía en Inglaterra y de graduarme en la carrera en diseño.
Es inevitable no sentirme un tanto nostálgica de dejar este lugar, donde me llevo conocimientos para toda la vida y lágrimas del sentimiento de un amor que sigo sin poder corresponder.
Doblo las últimas dos prendas que había en mi closet, para luego guardarlas en mi maleta. Ya tengo preparado todo para mi partida el día después de mi graduación.
Le doy una mirada a mi dormitorio, vacío, ya listo para que dentro de unos meses, otra persona ocupe mi lugar aquí durante unos años.
Desde el piso, mi celular comienza a vibrar con el nombre de mi madre iluminando la pantalla.
—Aló? —digo cuando tomo la llamada.
—Hola, mi niña. —es lo primero que escucho cuando mamá me responde.
—¿Cómo están? —decido seguir la conversación.
—Todo bien, mi amor. Para decirte que ya estamos aquí, en Gran Bretaña. —me avisa, ya que ellos junto con mi hermano, vendrían a verme, dada mi graduación.
—Oh, que bien. ¿Dónde se están quedando? —le pregunto.
—Estamos hospedados en Gonville.
—Ya, ¿el del centro?
—Si, si. Ese. —responde riendo.
—No sabes cómo me encantaría ir allá con ustedes, pero estoy cansada y tengo que organizar unas cosas para mañana. Además, ustedes también deben estar exhaustos, no los molestaré. —digo honestamente.
—No te preocupes, amor. Ya es solo una noche y te tendré cerca de ahí en adelante. Si estuve lejos de ti cuatro años, puedo soportar una noche. —sus palabras me tranquilizan y entristecen un poco.
Si, tal vez mis visitas a Francia, en los años de Universidad, quizás no fueron muy constantes, pero aunque trataba de liberar mi agenda lo más posible para ir a verlos, los estudios estaban ahí una y otra vez sin darme salida.
Suspiro, y me repito como dijo ella "Puedo soportar una noche", solo una noche, una noche no es nada, no se compara con dos pares de años.
