PET [RinGry]

1.

Entre risas y gritos mantenía el grupo de amigos en aquella mesa, cada uno con su botella en mano disfrutando la música fuerte de fondo junto a las luces neón de aquel lugar.

- ¡Dios Nahoya ¿Cómo has conseguido las entradas a este lugar?! - gritó el rubio teñido a su amigo, a su lado afirmó Keisuke con una sonrisa ladina.

- ¡Un amigo me las dio, no pregunten porque y solo disfruten! - evadió sus miradas con una sonrisa mientras llevaba la botella a sus labios.

- ¡Es extraño, normalmente vamos a algún club o bar pero esto, vaya, es algo bastante grande! ¡Me han ofrecido droga como si fueran dulces en halloween! - entre risas afirmaron ante lo dicho por Hakkai.

Aquella fiesta no era como cualquier otra, los únicos que mantenían en movimiento eran los meseros que llevaban y traían botellas de algún alcohol caro o droga de cualquier tipo y las personas que bailaban sobre algunas mesas de manera sensual. El ambiente aunque no fuera incomodó llegaba a ser pesado, las personas que venían por invitación parecían gente de gran estatus.

Souya mordió su labio con nerviosismo, el agua que había estado tomando desde que llegó quería ser expulsada de su cuerpo y él no sabía dónde quedaban los baños, miro a todos lados y se levantó sin más a buscarlos avisando de antemano a los demás.

- ¡Si no lo encuentras, orina en algún rincón, nadie se dará cuenta! - gritó entre risas Kazutora, sus mejillas se tiñeron de rosa y lo miro por sobre su hombro escuchando como los demás reían a carcajadas.

- Asquerosos - continúo su caminó buscando algún mesero que le avisará en dónde quedaba, al encontrar uno se acercó con rapidez.

- Si, ve al segundo piso, allí queda el baño - logró escuchar al pelinegro, se sorprendió al darse cuenta que no era el único que lo buscaba.

- Bueno Naoto, sigue con tu trabajo y que no te descubran - siguieron su camino como si nada bajo la atenta mirada confusa del menor.

Al reaccionar se dio cuenta que el otro chico ya iba entrando por una puerta que a plena vista no era notoria.

- Oye... ¡Espera! - corrió tras él, llegando al segundo piso su cuerpo choco contra la pared con fuerza.

- ¿Quién te mando a seguirme azulito? - la mirada seria y amenazante de aquel desconocido le hizo tragar saliva asustado.

- Yo solo te seguí porque quería ir al baño - susurro desviando la mirada con vergüenza, la música desde allí no sé escuchaba, ni siquiera parecía que debajo de ellos estuvieran en tremenda fiesta.

- Si claro ¿Cuál Haitani te envío? - ¿Haitani? ¿Que era un Haitani? Confuso miró al de cabellos oscuros notando como detrás de él habían varios hombres ¿En qué momento habían llegado? Ni siquiera los escuchó.

- ¿Ah? - un golpe sordo dejo en el suelo al chico amenazante, frente a él se ubicó un hombre de cabellos lila con un extraño corte de cabello luciendo una sonrisa aterradora - ¿Saben dónde queda el baño? -