♡~Por favor amame Yamaguchi~♡(Tsukishima x Yamaguchi)

Cap 30 (Pesadillas)

*Narra Yamaguchi*

Luego de nuestra velada, volvimos a casa de Tsuki para pasar la noche juntos, tal y como habíamos planeado. Nos bañamos y acostamos juntos, él utilizando su playera para dormir y quedandose en boxers, y yo optando por una camiseta suya a pesar de haber traido mi propia ropa, es que sus camisetas eran lo mejor.

Nos pasamos la noche entre risas y besos tiernos, acariciando nuestros cuerpos con ternura y disfrutando del calor ajeno y del hermoso ambiente hogareño que formamos abajo de ese par de sábanas en una noche de primavera.

Tsukishima: Yams- me habló, con los ojos cerrados, casi durmiendo.

Yamaguchi: ¿Sí, mi Tsuki?- respondí algo dormilado también.

Tsukishima: Te amo- susurró, cayendo en un sueño profundo luego de esas dos palabras.

Yamaguchi: Y yo a ti, te amo mucho- dejé un besito en su mejilla, viendo como sus comisuras se alzaban en una pequeña sonrisa. Me dejé llevar, entrecerrando mis ojos mientras seguía admirandole a él, a mi alfa, a la persona que cambió mi vida en el mejor sentido posible, a mi Tsuki, y caí en los brazos de Morfeo, deseando poder ver esa hermosa sonrisa por muchas lunas más.

*Tiempo después*

Sentí unas manos recorriendo mi cuerpo, haciendo que me despertara de a poco. No era un tacto familiar, era extraño, frío, sin cuidado o amor, vacío.

??: Oh, ya despertaste, cariño- habló una voz que no reconocí, pero que, por alguna razón, hizo que mi cuerpo se tensara.

Yamaguchi: ¿Qué...-.

Y mis palabras murieron a la mitad de mi lengua cuando por fin mi mirada se encontró con la de aquel desconocido

o demasiado conocido, lamentablemente.

Yamaguchi: No... no puede ser- murmuré, girando mi cabeza hacia el otro lado de la cama que estaba compartiendo con Tsuki. Estaba, porque mi rubio ya no estaba ahí, en su lugar sólo había un frío vacío que competía más con la Antartida a cada segundo que me sentía bajo la repugnante mirada de quien tenía en frente:

Raito.

Raito: ¿A quién buscas? Estamos solos, no hay nadie para detenernos ahora- me dijo, mientras se acercaba cada vez más a mí, tomando el borde de mis pantalones... ¿Pantalones? Yo no me puse pantalones para dormir.

Me estaba costando respirar, tratando de maquinar alguna posible idea de escape, tratando de safarme de ese horrible agarre; tratando de gritar, pero mi garganta estaba cerrada y mis gritos se oían como péqueños susurros a la nada, a nadie.

Yamaguchi: P-Por favor no lo hagas- una súplica escapó de mis magullados labios, los estaba mordiendo por el miedo.

Raito: Claro que lo haré, cariño, voy a profanarte como el puto barato que eres, voy a marcarte y luego irme, para que te pudras por el lazo roto, voy a hacerte tiras ¿Y sabes que es lo mejor? Que no hay nadie que pueda salvarte, nadie te va a querer luego de lo que haremos esta noche-.

Sus manos se dirigieron a mi boxer, entumeciendo mis músculos a su paso.

Frío, sentía frío, y mucho miedo.

Yamaguchi: Por favor- volví a pedir, en un susurro ahogado por mis sollozos.

Yamaguchi: Por favor- volví a pedir, cerrando mis ojos con fuerza, dejando escapar más lágrimas calientes por los caminos en mi rostro que ya trazaban las gotas saladas.