0.3

133 16 2
                                    

"Tengo una pequeña descripción de tu forma de ser"  le dije intentando sonar lo más tranquila posible.

En realidad, estaba que me moría del miedo.

"¿A si?" respondió confundido.

"Si" trague saliva "Clifford"

Pasaron unos 5 minutos, que fueron suficientes para darme entender que se había ido.

"Yo ni si quiera se quien eres" grito y provenía de lejos "Pero lo sabré" aseguró.

Me volví a girar sobre mis talones para regresar a mi camino, volví a tomar mis bolsas entre las manos y me dispuse a esperar algún taxi o un bus.

Había estado tan entretenida con Michael que había olvidado que era de noche. Maldito Clifford.

¿Por que justo hoy tenia que "conocerlo"?

(...)

Cada vez el día de clases de acercaba y yo aun no tenía la mínima idea de a que colegio asistiría. Y eso implicaba que tendría que buscar un trabajo para pagar mi renta y el colegio.

Ya lista salí de mi departamento y para mi suerte, la señora Karen salia del de su hijo.

"Anna" sonrió al encontrarse su mirada con la mía.

"Karen" respondí esbozando una sonrisa. "¿Le.. puedo hacer una pregunta?" dije nerviosa.

"Claro, cariño" dijo poniéndome atención.

"¿Por que Cliff... Michael, no sale de día y solo de noche? " me relami los labios.

La señora Karen agachó la cabeza e intento no perder su postura.

" Michael ha tenido unos problemas psicológicos, que lo hacen amar la oscuridad y la noche por una extraña razón" se encogió de hombros.

"Ya veo" susurre tanto que no pudo oírme.

"Ojala te conociera y fuesen amigos" me volvió a mirar y pude notar la tristeza en su voz. "Michael no tiene muchos amigos que digamos" aclaro.

Saco un pañuelo de su bolso y se lo llevo a los ojos.

"Lo lamento querida" se disculpo.

"No hay problema, señora Karen" coloque mi mano en su hombro. "Algún día me atrévere a verle y hablarle a Michael" mentí.

No iba a sacar a tema que ayer me lo había topado entre la oscuridad. Ni mucho menos que ni le había visto.

"Hasta luego Anna" agitó la mano y salió por el pasillo.

Sonreí a medias y mire la puerta desgastada del apartamento de Clifford.

Era color negra y en algunas partes se veía descolorida. Tenía un timbre a un lado. 

¿Iba a ser buena idea lo que iba a hacer?

Mi dedo ya estaba presionando el timbre y este sonó dentro.

"¿Quien? " una voz se oyó dentro.

Es la misma voz. Me dije. Es él.

" La vecina de enfrente" cambie un poco mi voz para que no me reconociera.

"Estas consciente de que no voy a abrir esa puerta, ¿verdad? " dijo en un grito sonando tranquilo.

" Creo que lo  se" rodee los ojos.

"En mi casa no dejo que la luz entre, ventanas y puertas se mantienen cerradas." murmuró "Así que, por tu miedo a la oscuridad, no creo que sea buena idea entrar"

Maldito. Usaba mi miedo en mi contra.

"No pierdas tu tiempo, y evita volver a tocar mi puerta" trague seco. "Porque, recuerda, nunca podrás verme"


Nyctophobia - M.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora