Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias

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- Albus, Alastor - la Sra. Potter se levantó, agitando su varita. En la mesa del comedor aparecieron dos sillas más, así como pequeños platos, tenedores, servilletas y copas. - ¿No se unirían a nosotros para el pudín?

- Ahora no, Effie - gruñó el hombre fornido, Alastor - De servicio.

Ella le dio una mirada, no muy diferente a la mirada que le había dado a James anoche. Se aclaró la garganta y se sentó, rápidamente. Remus sonrió. Tenía que averiguar exactamente cómo lo hacía. Las madres tenían su propia magia, al parecer. Dumbledore tomó su lugar con más decoro. Su expresión, como siempre, estaba inmóvil como un estanque e imposible de leer. Estaba mirando a Sirius.

Ahí estaba, Remus sintió que se acomodaba a su alrededor como un viejo amigo. Rabia. El deseo de lanzarse sobre la mesa y sacudir a Dumbledore hasta dejarlo sin sentido era tan fuerte y tan tangible, que se encontró agarrado al asiento de su silla.

El extraño, Alastor, se volvió para mirarlo. Remus se sintió escaneado por esos ojos oscuros y perspicaces. Oh. Él sabía que Remus era un hombre lobo. Remus no estaba segura de cómo él sabía que Alastor sabía, pero lo hacía. No haba duda. Remus levantó la barbilla y lo miró a los ojos. Alastor sonrió, levemente, como si esto hubiera confirmado algo que había esperado, luego se volvió hacia Dumbledore.

- Sirius - dijo su director, en voz baja - ¿Cómo estás?

- Bien. - Sirius asintió, mirando el gran pudín oscuro en el centro de la mesa. Gully chasqueó los dedos y se encendió, la llama azul brillando como un extraño vapor.

- Me gustaría discutir contigo los eventos de anoche - presionó Dumbledore - Sé que no es agradable, y tal vez quieras olvidarll, pero cualquier cosa que me digas puede ser útil, ¿Entiendes?

- Si. Bien. - Sirius asintió, la expresión no cambió.

La llama se apagó y Gully volvió a chasquear los dedos. El pudín se dividió cuidadosamente en ocho porciones. Era rico, húmedo y empalagoso, la fruta y el brandy se les pegaba a la garganta. Comieron en silencio por un momento, antes de que el Sr. Potter sintiera que tenía que hablar.

- ¿No has visto a tu familia hoy, Moody?

Alastor negó con la cabeza.

- El trabajo es lo primero. Estaré aquí todo el tiempo que me necesites.

- Estamos muy agradecidos. - Dijo la Sra. Potter, la amabilidad regresando a su tono.

- Alastor es un Auror - explicó el Sr. Potter a los chicos. Remus vio la luz del reconocimiento en los ojos de James y Sirius, e hizo una nota mental para preguntar más tarde. Si tenía que adivinar, asumia que se refería a algún tipo de guardaespaldas mago. Pensó en Charles Bronson en Death Wish e imaginó a Alastor Moody con una pistola.

Una vez que se comió el pudín, todos regresaron a la sala de estar. Sirius se sentó en el sofá, con James y Remus a cada lado. Se sentado en la misma formación la Navidad pasada, cuando Dumbledore había llegado para anunciar la muerte de los Fraser. Remus no había pensado en los Fraser desde entonces, no realmente, solo como parte del cada vez más oscuro telón de fondo de una guerra de la que preferiría no preocuparse. Tenía muchas cosas más para distraerse.

Una de estas distracciones estaba sentada a su lado, ahora mismo. Sus rodillas chocaban juntas de vez en cuando; Sirius no se quedaba quieto. Remus trató de no retroceder, en caso de que fuera mal interpretado.

- Espero que esto no tarde mucho. - Dumbledore sonrió, agradablemente, como si esto no fuera más que una charla amistosa. - Sirius, solo necesitamos saber cualquier cosa que puedas recordar sobre los eventos que te llevaron a llegar aquí a las once y cuarto de anoche.

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora