Solo mía ⇒ Kwon JiYong.

Parte 16

Seungri solo se nos veía, después de un rato, solo suspiro y para después decir.

— ¿Enserio quieren estar juntos?

— Seung, sabes que si yo no quisiera estar con Ji Yong, no estaría saliendo con él.

— Lee, es la primera vez que siento que en verdad quiero estar con alguien, tenlo seguro, yo amo a HyunSu.

Seungri se quedó en silencio de nuevo.

— Solo no le hagas lo mismo que yo, Kwon.

Después sin decir más lo perdimos de vista, abrace a HyunSu más fuerte hacia mí.

— Ji no puedo respirar.

Me separo un poco de ella.

— Lo siento.

— Me alegro que hayas venido.

Besa cariñosamente mi mejilla.

— No.

Me queje como niño pequeño e hice un puchero.

— ¿Qué sucede?

— Dame un beso aquí.

Apunto a mis labios.

— No, tú dame un beso aquí.

Hace un puchero y apunta a sus labios, gesto que se me hizo demasiado tierno en ella.

— No te diré que no.

La bese, hasta que nos tuvimos que separar por falta de aire.

— Ven.

Entramos a su habitación, este era parecido a la habitación de Los Ángeles.

— ¿Realmente qué te hizo venir Ji?, Seungri hablo contigo, ¿Verdad?

— Sí, pero no solo él, los chicos también.

— Ay Ji Yong, puedo imaginarme todo lo que paso.

Me abraza.

— Quiero que sepas que te quiero y como te dije en Los Ángeles, quiero que esto funcione.

— Solo eso quería escuchar pequeña.

— ¿No te quedo claro en Los Ángeles?

— Haz que recuerde, por favor.

Me acerque a ella para fundir nuestros labios en un intenso beso.

A la mañana siguiente.

Desperté y quise abrazar a HyunSu como acostumbraba hacerlo en Los Ángeles, ya que yo despertaba primero que ella, pero no se encontraba a mi lado, abrí los ojos, la busque, no estaba en la cama, así que me levante, la encontré haciendo desayuno, si esta habitación también cuenta con cocina, ella llevaba puesta mi camisa, no voy a mentir que mi pequeña novia se miraba sexy a pesar que mi camisa le queda grande, me acerque y la abraza por detrás.

— Buenos días.

Beso su cabeza.

— Buenos días Ji.

Se da la vuelta y me da un corto beso en los labios.

— Lo sigo diciendo, es hermoso despertar así en las mañanas.

— Concuerdo contigo.

— Creo que ya recordé, solo un poco lo de Los Ángeles.

Sonrió un poco a penada, para después pegarme juguetonamente en el hombro.

— Ve a sentarte, ya está listo el desayuno, en un momento te serviré.

— Bueno, bueno.

Me fui a sentar y sirvió el desayuno.

— Serás una buena esposa Hyunnie.

Rio muy divertida por mi comentario.

— Ojala.

Esposa, eh.

No suena para nada mal.